-
Publicado: 05 Noviembre 2012
聽
David Sevilla pugna por un bal贸n durante el partido de ayer聽聽聽聽聽聽 聽 聽 聽 聽 聽聽 聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽 Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La Solana: Toni Huertas, Juli, Juande, Michel, Pitu, Palacios, Tore, Almarcha, Diego Sevilla, Jes煤s Bueno y David Sevilla. En la segunda parte salieron Inti, Capelo, Mini, Jos茅 Pedro y Mat铆as.
CD Piedrabuena: Jos茅 Pedro, Juli, Cano, Juanma, Toni, Roger, Marcos, Richi, Sergio, Luis Campos y P谩rraga. En la reanudaci贸n salieron 脫scar, Abd贸n, Alfonso, Agust铆n y Valent铆n.
脕rbitro: Y茅benes Canuto. Demasiado meticuloso en las tarjetas. Amonest贸 a los locales Pitu, Tore, Diego Sevilla y Jos茅 Pedro, y a los visitantes Juanma, Roger y por dos veces a Luis Campos, que result贸 expulsado.
Goles: 1-0 m.20 Juli, dentro del 谩rea.
1-1聽聽聽聽聽聽聽聽聽 m.33 Marcos, de penalti.
2-1 m.68 Almarcha, de fuerte disparo.
3-1 m.78 Pitu, de cabeza.
Incidencias: Unos 400 espectadores en La Moheda, con lluvia durante la segunda parte. Minuto de silencio por la madre del delegado local, 脕ngel Lara, y por Nicol谩s Padilla, amigo personal de la familia del entrenador amarillo.
Comentario: La Solana bail贸 bajo la lluvia ante un buen Piedrabuena y se anot贸 su cuarta victoria consecutiva. Jose Almarcha, ungido por el duende del gol, fue el profesor que inici贸 una danza magistral en pleno aguacero, perfectamente secundada por el resto de la orquesta amarilla, que una vez m谩s jug贸 inspirada por una hinchada fant谩stica que ha devuelto a La Moheda su pedigr铆 de anta帽o. Pitu, siempre con el rifle cargado, anot贸 el tercero para liquidar un encuentro que, hasta ese momento, fue cualquier cosa menos un paseo militar.
聽聽聽聽聽聽聽聽 En efecto, La Solana derrot贸 a un Piedrabuena aseado e inc贸modo que en la primera parte, no s贸lo desactiv贸 el empuje amarillo, sino que fue simplemente mejor. Juan de Lara hab铆a sacado un once en parte revolucionario, dejando en el pesebre a sus dos mejores extremos, Capelo y Mini, y a su batuta en la zona ancha, Jos茅 Pedro. Una decisi贸n atrevida, sin duda, pero calculada, como se demostrar铆a en la segunda mitad.
聽聽聽聽聽聽聽聽 El Piedrabuena se vio con superioridad en la creaci贸n, aprovechando la presencia f铆sica de Roger y Luis Campos. Sin bal贸n, La Solana tuvo problemas, sobre todo en las prolongaciones largas donde los centrales y los laterales sufr铆an. A los cinco minutos, Marcos rompi贸 por la derecha, junto al v茅rtice, pero su disparo raso se fue por poco. Aunque Jes煤s Bueno se esforzaba en controlar la ronda de pases y David Sevilla se ofrec铆a una y otra vez, el Piedrabuena daba la sensaci贸n de controlar el partido. Sin ocasiones en juego din谩mico, hab铆a que aprovechar la estrategia. Dicho y hecho. As铆 fue como Juli, defensa central, aprovech贸 una falta botada por Juande para controlar dentro del 谩rea y batir por bajo a Jos茅 Pedro.
聽聽聽聽聽聽聽聽 Pero los verdiblancos no se inmutaron. Acto seguido, Toni Huertas sac贸 una gran manopla a disparo de Luis Campos y el dominio visitante era casi completo. Sin embargo, el merecido premio del empate lleg贸 en un penalti muy discutido que Marcos no desaprovech贸. Hasta el descanso, el juego se equilibr贸 y La Solana pudo volver a marcar, sobre todo en un disparo envenenado de David Sevilla que lami贸 el poste.
聽聽聽聽聽聽聽聽 La segunda parte fue otra historia. La Solana sali贸 m谩s enchufada, dio m谩s velocidad a su f煤tbol y comenz贸 a manejar el ritmo del partido. La entrada de Mini abri贸 m谩s el campo y los centrocampistas comenzaron a encontrar m谩s grietas en las rupturas por el centro. As铆 fue como lleg贸 el golazo de Almarcha, en una t铆pica galopada suya hasta la media luna del 谩rea que termin贸 en un zapatazo imposible para Jos茅 Pedro, que hizo la estatua.
聽聽聽聽聽聽聽聽 Entre tanto, la lluvia arreciaba y La Solana se adapt贸 mucho mejor a una hierba cada vez m谩s pesada, pero tambi茅n m谩s r谩pida. Con Jos茅 Pedro y Capelo ya en el campo, el 煤ltimo cuarto de hora constituy贸 un mon贸logo de ataque local ante un Piedrabuena desarbolado y sin gasolina. El tercer gol de Pitu y la expulsi贸n de Luis Campos les hizo definitivamente sacar bandera blanca. Fue entonces cuando los amarillos, arreados por una afici贸n entregada, pudieron hacer un serio roto en la hueste visitante.




