Niños recibiendo la bendición durante el triduo                                        foto: GACETA

Paulino Sánchez

   Los llantos de muchos de los niños bautizados en las parroquias de La Solana,  sonaron en el último día del triduo que la Hermandad de Santiago celebró en la parroquia de Santa Catalina, preparatorio de la celebración del 25 de julio próximo.

   El párroco de San Juan Bautista, Manuel Infante, fue el celebrante de la misa dedicada a la presentación al patrono de muchos de los niños bautizados desde agosto del pasado año hasta julio de 2011 y que recibieron una bendición especial al concluir la celebración.

   En su homilía Manuel Infante se refería a las celebraciones de los dos primeros días del triduo, dedicados respectivamente a mayores y jóvenes, añadiendo que  finalmente se había querido dedicar  el último de los días a los niños, a los que calificó de futuro de las familias y de las comunidades parroquiales. Añadía el celebrante que los nuevos nacidos son una bendición, que hay que verla como un don de Dios, porque son como tierra buena que va a dar su fruto.

   En el momento del ofertorio se presentó al Apóstol por algunos de los padres asistentes un bordón de peregrino de los caminantes que recorren el camino de Santiago, como símbolo del apoyo que los niños necesitan para dar sus primeros pasos y al final recibieron una bendición especial, subiendo al altar mayor, antes de desfilar ante la imagen del Patrono, recibiendo una estampa con su imagen entregada por los componentes de la Junta Directiva de la Hermandad. La parte musical corrió a cargo del coro de la parroquia de San Juan Bautista.