La Solana cubre de flores a su patrona, la Virgen de Pe帽arroya
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Publicado: 20 Septiembre 2025
Dos ni帽as vestidas de manchegas llevan flores a la Virgen Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La tarde y noche de este viernes, 19 de septiembre, se vistieron de una mezcla de fervor mariano y de fiesta en La Solana. La imagen de la Virgen de Pe帽arroya asom贸 al p贸rtico de la parroquia de Santa Catalina en su carroza alrededor de las siete de la tarde. Pronto comenzaron a formarse las primeras colas de gente, dispuesta a rendir tributo floral a su patrona. Familias enteras aguardaban pacientemente, flores en mano, mientras los m谩s peque帽os correteaban entre los mayores luciendo con orgullo la indumentaria manchega: refajos de vivos colores, pa帽uelos hierbas, chalecos que evocaban la tradici贸n centenaria de estas tierras... Abuelos y nietos compart铆an el mismo gesto emocionado, conscientes de que la ofrenda no es solo un acto religioso, sino tambi茅n un legado cultural que se transmite de generaci贸n en generaci贸n.
Las flores fueron cubriendo poco a poco los paneles instalados por la cofrad铆a mariana. Claveles, rosas, gladiolos, lirios鈥 El tapiz multicolor se fue tejiendo a medida que avanzaba la tarde y ca铆a la noche. Cada p茅talo parec铆a llevar consigo una plegaria silenciosa: una petici贸n, un agradecimiento, un recuerdo.
La fila de devotos se renovaba. A las nueve y media de la noche todav铆a persist铆a, extendi茅ndose m谩s all谩 del arco de la calle Do帽a 脕ngela. Casi cien metros de colas, serpenteando entre la penumbra y la luz de las farolas, que daban fe de la magnitud de la convocatoria. Quien llegaba al final de la espera encontraba el instante 铆ntimo de depositar su ramo, hacer la se帽al de la cruz o tomarse una fotograf铆a junto a la patrona, inmortalizando el momento.
Aspecto de la Plaza Mayor la noche de este viernes Foto: GACETA
A esas horas, la Plaza Mayor ya era un hervidero. La muchedumbre miraba hacia el otro men煤 de la noche: la fiesta, la m煤sica y el velador de turno. Durante un largo rato m谩s, la Virgen de Pe帽arroya, desde su carroza, parec铆a acoger cada ofrenda con la serenidad de quien escucha el coraz贸n de su pueblo. Y La Solana, una vez m谩s, respondi贸 con una devoci贸n multitudinaria que reafirma sus ra铆ces.
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