Gabrielle volvió a La Moheda y peleó contra toda la defensa balear

            Aurelio Maroto

        El Quesos La Casota-FF La Solana es un enfermo en la UVI. Su permanencia en Segunda RFEF se antoja complicada, por no decir utópica. La derrota del domingo contra el At. Balears en La Moheda (0-2) fue un puyazo más a una res que parece lidiada, salvo milagro. Ahora mismo, las amarillas son colistas con 7 puntos, a 14 del primer puesto de salvación, que marca la UD Almería con 21. A falta de 34 puntos por jugar, solo las matemáticas dicen que la salvación es posible, pero el resto de parámetros los dictan la lógica. Por desgracia, esa lógica dice que el FF La Solana está dando sus últimos coletazos en la tercera categoría del fútbol femenino.

            El partido frente al At. Balears fue otro ejemplo de querer y no poder. El equipo lo intentó, sobre todo en la primera parte, donde tuvo alguna ocasión clara para haberse adelantado. No lo hizo y el poderío del vicelíder se hizo patente en la reanudación, necesitando muy poco para hurgar en la herida con dos zarpazos aislados. El FF La Solana no tiene más, o esa sensación da un partido sí y otro también. El esfuerzo del club para reforzarse en el mercado invernal ha sido notable, aunque no parece que hayan dado la vuelta al decorado. Tan solo Gabrielle Ngaska exhibe un punto de diferencia, como se pudo ver frente a las insulares. El problema es que una jugadora sola podría ganar alguna batalla, pero nunca una guerra. 

David Peinado no se engaña. Ya no. Su obligación es mantener la moral y pregonar que lo “imposible” es todavía posible. “Las cuentas son pensar en el próximo partido”, declaró a Radio Horizonte al término del partido. Ese partido es en Málaga, quinto clasificado, y después vendrá el Pozoalbense. El técnico solanero se da de plazo estos dos partidos, que ya es mucho decir. “Si no somos capaces de reaccionar, entonces sería el momento de plantearse otras cosas”, reconoce. ¿Qué cosas?, es la pregunta: “Pensar en el futuro porque opciones reales de salvación no tendríamos, aunque las matemáticas todavía no lo digan”.