Un momento de la asamblea constitutiva de la hermandad de Fátima

            Aurelio Maroto

            La Solana tiene una nueva cofradía religiosa. Aunque todavía falta la aprobación oficial por parte del obispado para darle el visto bueno definitivo, es cuestión de tiempo que la nueva Hermandad de la Virgen de Fátima sea una realidad oficial, porque oficiosa ya lo es. Este sábado, la Casa de la Iglesia escenificó la asamblea general constitutiva, donde se eligió a la primera Junta Directiva y se aprobaron los estatutos. Como se preveía, Juan José Jareño lidera una junta que ya lleva tiempo trabajando para llegar aquí.

“Es el resultado del empeño de muchas personas”, declaró el nuevo presidente a los medios, sin ocultar la enorme ilusión que tienen. “Si no tuviéramos ilusión no hubiéramos dado el paso”. “Somos gente trabajadora y con ganas de hacer cosas por el barrio de Fátima-La Calzada”. Su vicepresidente es José Luis Gil, que tampoco ocultó su satisfacción por haber cristalizado un viejo anhelo. Cree que esta barriada solanera necesitaba recuperar el culto a una advocación que tuvo su momento y llegó a construir una pequeña ermita a la entrada. Pero aquel grupo de vecinos nunca alcanzó el estatus de hermandad. “Se trata de que nuestra Virgen de Fátima no esté sola, sino que tenga su hermandad, su fiesta y su veneración”.

Sí reconoció que no ha sido fácil encontrar personas que se comprometan. “Buscar gente que se involucre en hermandades tan pequeñas no es fácil, pero la hemos encontrado y queremos ilusionar otra vez al barrio”. Aunque todavía no tienen un calendario de actividades próximas, ya han organizado un viaje a Portugal para visitar el famoso santuario mariano. “Hemos ido 47 personas y es algo inolvidable”, ha recordado el vicepresidente. Ahora, tendrán tiempo de pensar en nuevas propuestas y preparar sin prisas la festividad de la titular, ya en mayo.

El ‘sí’ del obispado se da por seguro

A la asamblea asistió el párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey. Un aval imprescindible para dar carta de naturaleza a la nueva hermandad solanera. Se mostró satisfecho por recuperar esta advocación: “Era necesario constituir una hermandad en torno a la Virgen de Fátima y hay gente muy buena que ha dado el paso”. “Va a suponer un revulsivo para el barrio”. Admitió que los pasos están dados y que la luz verde final del obispado solo es una cuestión de procedimiento.