Kiko Vilches durante la rueda de prensa tras la derrota ante el Conquense

            Aurelio Maroto

            El CF La Solana cayó goleado contra el Conquense (0-4) en una reedición casi exacta de la derrota contra el Calvo Sotelo (0-3). Un jarro de agua helada que se amplifica por la contundencia del resultado. La afición, que volvió a responder bien a la llamada, se fue cabizbaja, aunque fue comprensiva y evitó reproches más allá del natural disgusto. Es más, muchos aficionados respondieron con la misma moneda a los aplausos de sus jugadores al término del encuentro. Aplausos que sonaban a disculpa, claro.

            Fue un partido sin partido, excepto el primer cuarto de hora. Ahí, La Solana mezcló valentía y llegada. Incluso tuvo mala suerte en un par de acciones que bien pudieron terminar dentro, sobre todo un cabezazo de Ginaid y un larguero de Josema. Pero pronto se vio que ese tuya-mía iba a beneficiar al Conquense, un equipo que probablemente tiene mucho más de lo que dicta su clasificación. A los 12 minutos llegó el principio del fin con el gol de Fran Oller. Un cabezazo franco que sonrojó a la defensa y al portero, ya que remató sin oposición junto al área pequeña. Llueve sobre mojado. La Solana ha perdido su aura de equipo sólido atrás. En los últimos dos partidos, 3 goles de cabeza. A ello se une la sensación de vulnerabilidad cada vez que el rival proyecta el contragolpe. Algo no funciona, está claro, a no ser que se quiera ver normal haber recibido 8 goles en los últimos tres partidos en casa.

            Hay alguien que no lo ve normal. Se llama Kiko Vilches y es el entrenador del CF La Solana. Aunque cumplía su segundo partido de sanción, estaba cantado que sería él quien daría la cara en la rueda de prensa: “No miréis a los jugadores, el principal culpable soy yo”, declaró de forma tajante. No es la primera vez que entona el mea culpa tras una derrota dolorosa, en parte para echarse a la espalda toda la responsabilidad que pudieran tener sus futbolistas, que la tienen, naturalmente.

            El técnico amarillo, que pidió disculpas públicas a la afición, justifica su auto-inculpación con un argumento simple: “Vamos bien en la clasificación, nos venimos arriba y somos muy ofensivos, pero contra equipos superiores a ti no puedes luchar con las mismas armas y jugar a campo abierto”. O sea, el Conquense es mejor, tiene mejores jugadores y hay que buscar otros argumentos para pararlos. Y puso el ejemplo del día del Calvo Sotelo (0-3). “Me han tenido que dar dos tortazos y he aprendido la lección”. “España ganó una guerra a los franceses haciendo guerra de guerrillas, y a lo mejor en estos partidos es lo que tenemos que hacer”.

            Dicho eso, que no es poco, reconoció que hubo acciones donde la falta de concentración y sitio fueron evidentes, sobre todo cuando el adversario armaba sus ataques y combinaba con gran facilidad. Por no hablar de las facilidades de los delanteros blanquinegros a la hora de rematar los envíos aéreos. La pregunta es si esto significa que La Solana será un equipo mucho más conservador en adelante, sobre todo frente a rivales de entidad, que son muchos en esta Tercera RFEF. La respuesta parece que está blanco y en botella, aunque Viches matizaba: “No se trata de poner once defensas, pero sí ser más ordenados cuando competimos con rivales de este tipo, porque de lo contrario nos puede pasar lo de hoy”.

            La Solana se va al parón de la próxima semana con 10 puntos y fuera del descenso. Esa es la mejor noticia para endulzar la amargura de este sapo.