Un momento de las maniobras celebradas este domingo en La Moheda                                         Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         La Hermandad de San Cristóbal reunió a una docena de participantes en su tradicional concurso de maniobras, celebrado este domingo en La Moheda. Hubo menos que otros años, aunque los inscritos demostraron su talento al volante con el tráiler en un circuito exigente. Logró imponerse Juan Serrano de la Cruz, que completó el circuito en 5 minutos y 14 segundos. En segundo lugar quedó Tomás Padilla, con 5’39” y tercero fue Juan Diego Navarro, con 6’51”.

         Directivos de la hermandad y gente relacionada con el transporte profesional se dieron cita en un encuentro que contó con servicio de repostería. Además, se vendieron polos azules con el distintivo de la cofradía, a fin de sacar algún dinero extra para las actividades. El tesorero, Isidro Díaz-Roncero, explicó que el año ha sido bueno en líneas generales, “nos tocó el reintegro de la lotería y el número de hermanos se mantiene”.

La crisis aprieta, pero menos

         Los transportistas solaneros no dejan atrás la crisis, aunque parece que su presión afloja. Parece que el mercado se está moviendo algo más y el trabajo ha aumentado en los últimos meses. El presidente de la Hermandad de San Cristóbal, Esteban Antequera, camionero autónomo, quiere pensar en un cambio de tendencia, “las casas de renting encuentran vehículos a mejor precio y están removiendo el mercado; ahora es difícil quedarte parado un día o volverte sin carga”.

         Pero estos “brotes verdes” aparecen entre un enjambre de hierbas secas que sigue apretando el cinturón de cada transportista. En La Solana han sido varios los que han vendido su camión. Al alto precio del gasoil y la caída de los portes se unen los gastos añadidos de impuestos, seguros y el propio mantenimiento del vehículo pesado. De hecho, Antequera tenía una empresa con varios camiones y al final se quedó solo. “Si facturas 11.000 euros en un mes y tienes que pagar 6.000 de gasoil más el sueldo del chófer, seguros, impuestos y averías, no merece la pena”.

         Por si fuera poco, los transportistas viven en vilo ante los robos. La sustracción de gasoil o los asaltos en cabina son demasiado comunes. El tesorero de la hermandad, Isidro Díaz-Roncero, asegura que viven con el miedo en el cuerpo, “en cualquier momento te atracan y se llevan tarjetas, teléfonos y dinero”. Pero siguen en la carretera, esperando tiempos mejores.