Una imagen de la edición del año pasado                                                                        Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         Los comerciantes solaneros aguardan la V Feria del Stock como una bocanada de aire fresco para sus maltrechas economías. La crisis aprieta y se nota incluso en las tradicionales rebajas de enero, cuya marcha va “más lenta que lo habitual”, según ha reconocido el presidente de la Asociación del Pequeño Comercio de La Solana, Julián Díaz-Cano.

         En una entrevista concedida a Radio Horizonte, Díaz-Cano confirmó que la feria del stock se celebrará el último fin de semana de febrero, días 22, 23 y 24, en la Caseta Municipal. Considera que es la fecha ideal “ya habrá pasado el carnaval y el domingo de piñata; es el fin de semana perfecto”.

         Se espera llenar el improvisado pabellón ferial, al igual que los años precedentes, a ser posible sólo con comerciantes locales. El año pasado hubo dos stand de fuera debido a que los solaneros anduvieron algo remisos, en parte por el precio de alquiler. Este año, el canon a pagar no será un obstáculo “el Ayuntamiento nos ha echado una mano suavizando los precios”. Esta circunstancia permitirá reducir bastante los gastos y el gremio parece estar más animado “antes algunos iban renqueantes, pero este año creo que se llenará”.

         La feria del stock se ha convertido en un clásico y este año afrontará su quinta edición. Pero el cliente ya lo tiene anotado en su agenda “la gente pregunta mucho y las rebajas se resienten en parte por que la gente espera la última oferta del stock” –admitió Julián Díaz-Cano-. Además de la crisis, el incremento del IVA ha sido una especie de puntilla “el IVA es excesivo y nos ha perjudicado; no podemos rebajar más los precios”.

El último sastre

         Julián Díaz-Cano es el último sastre de La Solana, y probablemente uno de los poquísimos que aún quedan en la provincia. El veterano comerciante solanero está cerca de jubilarse, aunque todavía le queda algo más de un año. Su deseo es que la tienda actual siga siendo eso, un comercio “seguramente continuará con algún familiar”. Pero, de momento, sigue al pie del cañón y con la misma ilusión y oferta de siempre “algunos han pensado que me iba, pero todavía que queda un año largo, tengo una campaña estupenda de comuniones y seguiré atendiendo, cosiendo y haciendo arreglos a quien me lo pida, como siempre” –aclaró-.