Alfonso Marín en una imagen de archivo

Gabriel Jaime

El Secretario Regional de COAG-IR, Alfonso Marín, asegura que la campaña de uva tendrá una extraordinaria calidad y una baja cantidad con una pérdida de producción de entre el 30 y el 35%, esperando que las mermas sean compensadas con un buen precio. Así lo ha afirmado en una entrevista concedida a este medio, indicando que el objetivo es fijar un precio para cinco años con el fin de conseguir una estabilidad para el agricultor durante ese tiempo y evitar los dientes de sierra en las cotizaciones.

El solanero reconoce que la campaña comienza con buenas perspectivas y augura que será una de las añadas que marquen la pauta a lo largo de varios años, consiguiendo unos vinos de calidad. Por eso, cree que esta campaña será atípica por la buena calidad del fruto si bien choca con una merma de producción de entre un 30 y un 35% con respecto al año anterior.

La uva no ha padecido enfermedades, pero la poca lluvia caída unida a las altas temperaturas registradas, desembocarán en una graduación menor que la pasada campaña. En cualquier caso, Marín dejó claro que esa circunstancia ayuda a mejorar los caldos porque los azúcares no son los principales parámetros para conseguir un vino de calidad. Los primeros remolques de Chardonay han llegado a los catorce grados, dos menos que el año pasado, y el verdejo alcanza un grado menos que entonces.

Marín espera que el precio compense las mermas de producción, reconociendo que ha habido algunos años en los que el precio ha estado por debajo del coste. Por eso, desde COAG-IR, se pretende regularizar esta circunstancia para evitar los dientes de sierra. El Secretario Regional aboga para se fije un precio para los próximos cinco años con el fin de que el agricultor se asegure un lustro de cierta estabilidad. El objetivo es moldear esta idea a través del Tribunal de la Competencia para establecer un precio medio que cifró en torno a las 45 pesetas, y que subiría en consonancia con el IPC, según señaló.

El buen momento que atraviesan nuestros caldos y su expansión por todo el mundo podrían favorecer este asunto, reconociendo que sería conveniente vender más embotellado y menos a granel. En todo caso, Marín, tiene claro que lo primero es poner precio a la materia prima, y luego a lo demás.