Paco del Olmo en plena puja                                                                           Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         El Ofrecimiento a Jesús Rescatado ha navegado este año a contracorriente de la crisis aumentando su recaudación. La puja se cerró a las 00,30 horas del lunes con 12.085 euros, 342 más que el año pasado. Es fácil imaginar la satisfacción en la Junta Directiva de la cofradía, que destinará ese dinero a seguir construyendo la Casa de Hermandad.

         El domingo se levantó soleado, aunque algo fresco, pero muy lejos de la lluvia insistente del sábado. Las ofrendas comenzaron a llegar pronto y pasado el mediodía salió la imagen de Jesús Rescatado al pórtico de la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción para iniciar la subasta. Durante todo el día fueron saliendo roscas de nuégados y de almendras, suspiros, pastas, estuches de vino, plantas, cuadros y cuadros con la imagen del titular, uno de los cuales valió 150 euros. También se pujó un cordero por 80 euros. Pero, un año más, alguien subastó la llave por 310 euros, convirtiéndose en lo más caro, aunque la puja se cerró con el tradicional banderín, por el que se pagaron 150 euros. Pasada la medianoche, se cerró la subasta tras un día donde los pujadores volvieron a terminar exhaustos. De su pericia depende en buena parte el éxito de la puja.

         Los directivos de la hermandad también se afanaron durante toda la jornada para dar vida y realce al Ofrecimiento, que tuvo momentos de bastante afluencia de público. Sin embargo, el viento no permitió clavar a la gente al suelo, que acudía goteada a la explanada del convento.

         Con todo, el presidente de la cofradía, Francisco Nieto, expresó su total satisfacción por el resultado final, teniendo en cuenta el momento de crisis económica que vivimos “ha sido un buen día, la gente ha respondido y estamos contentos”. El destino que se dará a los más de 12.000 euros recaudados está claro “el dinero irá a parar a la Casa de Hermandad, pues es donde nos vamos a centrar”. Sin embargo, no se fijan una fecha para terminar el edificio “iremos despacio por que las cosas no están para hacer locuras”.