Aurelio Maroto

         La discapacidad es una oportunidad, no un problema. Así de rotundo se expresó el pedagogo Gonzalo Berzosa, director del Instituto de Formación de Gerontología y Máster en Recursos Humanos. Toda una autoridad en la materia que mantuvo una interesante charla-coloquio con familiares de personas discapacitadas en el auditorio del Palacio Don Diego.

         Berzosa insistió en varias máximas que se han de tener siempre en cuenta, por ejemplo que “la autonomía es salud y la dependencia enfermedad”. En su opinión, todas las discapacidades tienen ámbitos de autonomía y hay que aprender a explotarlos. El experto habló de cuatro claves fundamentales para impulsar la integración de las personas con discapacidad.

La primera es el autocuidado, que incluye técnicas de autohigiene y de prácticas que la persona afectada tiene que aprender. La segunda es la actividad física y mental “es necesario estimularlos desde pequeños”. En tercer lugar están las redes de relación social “tienen que sentirse partícipes de grupos, asociaciones y otros tipos de colectivos”. Por último está la participación en la actividad cotidiana de su ciudad “es decisivo que participen activamente en la vida social, educativa, cultural, deportiva o de cualquier otro tipo del lugar donde viven, en este caso de La Solana”.

         Gonzalo Berzosa cree que la discapacidad “ha dejado de ser una minoría de edad permanente” gracias a los cambios sociales que se han ido produciendo, y recuerda cómo hasta hace no mucho tiempo “escondíamos a nuestros discapacitados”. El aprendizaje desde la cuna resulta clave, y aplicó tres recetas para los hijos con discapacidad, que en realidad se pueden aplicar a cualquier niño o niña, y que son la comunicación, valorar lo que hacen bien y terminar lo que empiezan.

Por un lado, hay que hablar constantemente con ellos y también escucharles; por otro, no sólo hay que reñirles cuando hacen algo mal, sino también aplaudir aquello que hacen bien por que creará autoestima; en tercer lugar es fundamental que terminen aquellas cosas que comienzan “es muy habitual dejar las cosas a medias, por ejemplo un curso de música, o un taller de informática, y eso acaba siendo un lastre por que no sienten la satisfacción de redondear un trabajo”.

Al término de la conferencia se produjo una lluvia de preguntas que el pedagogo respondió con gusto. Al fin y al cabo, lo que buscaba era atender las inquietudes reales de cada cual.