Julián Martín-Zarco y Manolo Alfaro durante la presentación del técnico alcalaíno           Foto: GACETA

          Aurelio Maroto

       Manolo Alfaro ha aterrizado en el banquillo del CF La Solana con las ideas claras, o al menos eso ha dado a entender en su presentación oficial como nuevo entrenador amarillo, el tercero en apenas seis meses. El técnico alcalaíno vio al equipo el domingo en Torrijos (3-2) y ha completado dos entrenamientos hasta la fecha. Le quedan dos más antes de debutar el sábado en casa frente al Tarancón (16.30 h). “Entiendo que confían en mi forma de llevar el vestuario y en la propuesta de juego que traemos”. “Lógicamente, vamos a cambiar cosas porque las circunstancias son las que son, pero la idea es ir saliendo poco a poco; la situación está para callarse y ponerse a trabajar”, dijo ante los medios. Consciente de la precariedad en la clasificación, insistió en que la clave ahora es recuperar anímicamente al futbolista y generar confianza en sus posibilidades: “Les voy a exigir poco a poco, que vayan cogiendo conceptos; no quiero que tengan ansiedad por salir de ahí”. Sí admitió algo tan evidente como evitar que los rivales hagan daño con tanta facilidad. “Los que conocéis al equipo habéis visto que tiene cositas que se hacen bien, pero al final hay muchas ocasiones del rival y así no podemos ganar; vamos a intentar cambiar eso”.

      A la pregunta de si tiene mimbres para salir el atolladero deportivo, dio a entender que sí, pero cree que falta lo esencial: la fuerza de la colectividad. “Si alguien te describe la plantilla te dirá que este es rápido, este técnicamente es bueno, este tiene experiencia, este ha jugado en tal sitio… Eso es cierto, pero como equipo no es cierto porque no funciona como tal”. “Se trata de estar más atentos al juego, al porqué de cada momento y en definitiva de ser más competitivos”. “Me he encontrado con muy buena actitud, pero entrenar es más fácil que competir el domingo cuando estás ahí abajo, y ahí es donde tenemos que crecer”.

       Preguntado por la razón de aceptar el banquillo más ‘caliente’ de Tercera RFEF, fue claro en su respuesta. “El único año que lo he pasado mal fue el pasado [en Toledo] porque veía que mi mensaje no llegaba y tenía esa espina clavada; como conozco el grupo dieciocho pensé que podía ser una buena idea venir a La Solana”. En cuanto al mal estado de la hierba de La Moheda y la mudanza momentánea al anexo de césped artificial, Alfaro se limitó a asumirlo, al menos mientras la hierba se recupera. “Considero que es un buen campo si estuviera la hierba bien, pero hay que dejar que se recupere y cuanto antes volver a jugar aquí”. “Por ahora no queda otra que adaptarse al artificial”.

"Quiero veinte, no once"

       Por último, habló del partido del sábado. “Conozco la categoría y a los entrenadores, pero no me puedo volver loco con la visita del Tarancón, que es un buen equipo y con buenos futbolistas; lo que quiero es que mis jugadores ejecuten las cosas básicas que queremos y que se sientan capaces de ganar a cualquier rival”. No dio pistas sobre los cambios que pueda introducir, ni dónde ni cuántos. “Los jugadores que mejor vea en los entrenamientos serán los que jueguen, sin más”. Y añadió que al que no juegue le ha pedido que se lo ponga difícil. “Quiero tener a veinte jugadores para hacer una alineación, no a once”. “Yo soy un tipo muy serio porque me gusta mucho la disciplina y el respeto, pero igual que te corrijo te doy un abrazo; así se lo he dicho a ellos”.