La explanada del mercado ha sido un hervidero de gente durante esta novedosa feria invernal                  Foto: GACETA

        Aurelio Maroto

       La feria navideña instalada en la explanada del mercado municipal ha resultado un éxito. Basta con hablar con los feriantes para comprobarlo. Por la experiencia que tenemos, no son un gremio muy dado a reconocer si la cosa ha ido bien, pero las tres empresas que se aventuraron a estrenar la audaz iniciativa municipal coinciden: “La cosa ha ido bien”. Jonatan Valverde es un joven feriante que no tiene reparos en admitir su satisfacción. “La verdad es que muy bien, la gente muy amable y además el tiempo ha acompañado”. Su empresa, Hermanos Valverde Cañadas, ha montado las colchonetas, un castillo hinchable y el ‘tirachinas’. Eso sí, no oculta que venían con dudas. “Son muchos gastos y no sabes lo que te a encontrar, así que llegamos un poquillo asustados, pero la gente ha respondido”.

        Niños disfrutando del 'tirachinas' durante la feria navideña            Foto: GACETA

Francisco Cánovas es de Navas de San Juan, un pueblo jienense de honda tradición de feriantes. Llamó a Jonatan para completar la feria con los castillos y las colchonetas. También hace un balance positivo de su experiencia invernal en La Solana. “A la hora del negocio no nos podemos quejar y el trato de la gente ha sido muy bueno”. “Ha habido días que a las nueve de la noche estaba helando y había cola comprando y montando en las atracciones”.

Francisco ha venido con la familia a cuestas, su mujer y sus dos hijos. Y no es casual que Francisco hijo, el pequeño de la familia, hiciera su primera feria con solo dos meses. “Tiene que gustar; no es fácil salir de tu casa cuando ya tienes todo montado”. Reconoce que lo más duro es el verano y el trasiego de montar, desmontar y volver a montar, viviendo en la misma caravana y con varios trabajadores al cargo. “Aquí hemos alquilado un piso y por lo menos haces vida familiar”.

           Puesto de gofres y patatas, con la chuerría al fondo                    Foto: GACETA

      Atrás quedó la pandemia, que masacró muchas economías de feriantes de toda la vida. “Algunos tienen trabajo después de las ferias, pero la mayoría vive de los tres meses de verano, así que la pandemia fue un desastre para muchos compañeros”. Francisco lo pudo sobrellevar más o menos, entre otras cosas porque su hija Carmen nació cuatro días antes del confinamiento, así que no tuvo tiempo de aburrirse. Ni de pensar. Afortunadamente, la situación ha vuelto a la normalidad. “Después de la pandemia yo no he notado que las ferias hayan flojeado; van bien y el pueblo que es valiente lo sigue siendo”. Por cierto, también tiene claro qué hará si el año que viene le proponen volver a La Solana. “Si cuentan con nosotros, aquí estaremos”. De momento, ya sabe que volverá en el carnaval, aunque en la plaza.

      El otro negocio de la feria navideña ha sido la churrería, que también ha trabajado mucho y bien. Ana Belén Collado, de la empresa Hermanos Maza Collado, era rotunda en su balance: “Se ha dado bien, la gente está muy contenta y nosotros también”. Las roscas de tallos se han vendido por doquier, despejando cualquier inquietud previa. “Es una inversión grande y no sabes si contratar a gente o no”. “Tienes que invertir tus ahorros pero la gente de La Solana ha cumplido”.