Socias de Afammer durante el roscón en la caseta municipal            Foto: GACETA

      Aurelio Maroto

     A día de hoy, Afammer es uno de los colectivos con más poder de convocatoria de La Solana. La asociación ha crecido mucho en los últimos tiempos y las socias responden en masa a cada actividad que organizan. Y también los socios, porque el año pasado se inscribió el primer hombre y ya con 5, aunque la inmensa mayoría siguen siendo mujeres, concretamente 420.

    Aproximadamente la mitad, unas 200 afiliadas, acudieron a comerse el tradicional roscón de reyes, que esta vez se trasladó a la caseta municipal por razones de espacio. Un éxito de participación que ratifica el buen momento que atraviesa la asociación, tal vez el mejor desde su fundación. “Hemos tenido años muy buenos, pero como ahora nunca”, reconocía la presidenta, Juana Mari Montoya en declaraciones a la prensa local.

     En ese ambiente multitudinario transcurrió la tarde de merienda para anticipar la llegada de los magos de Oriente. Las componentes de la junta directiva estuvieron horas preparando la intendencia, que consistió en más de 200 roscos, 35 litros de chocolate y 15 litros de leche. También había refrescos y sidra para brindar por el nuevo año. “La respuesta ha sido muy buena, son unas chicas que se apuntan a un bombardeo”, decía en tono jocoso la directiva Virginia Serrano de la Cruz.

                 La junta directiva se afana en tener todo a punto                      Foto: GACETA  

   La realidad es que Afammer ha comenzado el año como lo terminó, con una agenda repleta de propuestas. La presidenta presumía de cómo ahora mismo están completos los cursos que hay en marcha y los autobuses llenos en cada viaje que organizan, por ejemplo el que harán a Madrid la próxima semana para ver los musicales Pretty Woman y Mamma Mía.

     Naturalmente, ese nivel de participación corre paralelo al nivel de trabajo y exigencia que la propia junta directiva se impone. “Nuestro objetivo es que la gente se quede contenta y todo salga bien”. Y claro, nada sería posible sin un buen equipo de trabajo. “No tengo un equipo, tengo un equipazo”, subrayaba Juana Mari Montoya. Y después del roscón llegó la música, en esta ocasión con el cante de Gabriel Alhambra ‘El Galán’, que terminó de amenizar la tarde.