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La ciudad

-Santiago Beguería durante su charla en La Solana

        Santiago Beguería durante su conferencia sobre sequía                                         Foto: GACETA

      Aurelio Maroto

     El programa Ciudad Ciencia regresó a La Solana con otra propuesta divulgativa, esta vez relacionada con un tema tan preocupante como recurrente: la sequía. El investigador del CSIC, Santiago Beguería, ofreció una interesante conferencia en la que profundizó sobre un problema que, no por cíclico, deja de estar cada vez más en boga, sobre todo en un momento donde el calentamiento global ha cobrado mucho protagonismo. Medio centenar de personas siguieron su disertación, previa presentación del concejal de Agricultura, Julián Díaz-Cano.

     El ponente prefirió ponerse en pide desde el minuto uno y se valió de imágenes para ilustrar mejor sus explicaciones. El objetivo era que todos entendieran cuáles son las causas de la sequía y sus consecuencias. “No es que haya más sequías, sino que somos más vulnerables a ellas”, aclaró en declaraciones previas a los medios locales.

-El público conoció los porqués y las consecuencias de la sequía

    Un momento de la charla en el auditorio del Palacio Don Diego                                               Foto: GACETA

     El científico recordó que la sequía es un fenómeno meteorológico que tiene una determinada periodicidad, pero lo realmente importante es qué sucede después, cuáles son sus efectos. Acuíferos, ríos, plantas, cultivos… La falta de agua provoca una cadena de consecuencias que se agravan a medida que esa escasez hídrica se agudiza. “Es verdad que llueve menos de lo normal, pero al final es una característica del clima, que no es homogéneo, así que unos años llueve más que otros”. El problema, añade, es cuando la mano del hombre actúa e influye sobre ese clima. Ahí entra el llamado ‘cambio climático’, un evento que no escapa a nadie y que preocupa.

      Santiago Beguería prefiere ser prudente en su apreciación y recuerda que los ciclos de precipitaciones son más complejos que los de las temperaturas. “No está claro si el hombre es el culpable de que llueva menos, porque depende de la zona, pero sí hay otros procesos que afectan a algunas sequías cada vez más frecuentes”. “Lo que sí tiene bastante claro es que el hombre está alterando la composición de la atmósfera en este momento". “No queda una región en el mundo que no esté impactada por la gestión humana”, sentencia.

      Las consecuencias de la falta de agua son múltiples, aunque en ningún caso lineales en un mundo tan desigual. “En el pasado la gente se moría cuando había una sequía porque tenían una agricultura de subsistencia; hoy no nos morimos, pero su impacto sigue siendo enorme porque afecta a todos los sectores de la sociedad”, subraya. En su opinión, la clave se sitúa en la gestión que se hace de los recursos actuales, y en función de ello solucionar el problema o agravarlo. Es decir, se trata de optimizar el agua de la que disponemos, cosa que no sucede demasiado a menudo.

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