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 Copia de Pregón entrega detalle-1

 El alcalde entregó un detalle al pregonero                                                                                  Foto: GACETA

        Aurelio Maroto

         “Ahora que nos roban el futuro de nuestros hijos, necesitamos más que nunca dosis de optimismo y abandonar el fatalismo”. Con esas palabras terminó su pregón Francisco García-Catalán Gallego, encargado su día por la Corporación para anunciar oficialmente la Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana.

         Antes, el pregonero acompañó a la comitiva de autoridades en el tradicional paseo de inauguración de las fiestas, tras los Gigantes y Cabezudos y las bandas de San Sebastián y Municipal. Un enorme gentío, con presencia masiva de niños, se arremolinó en el recorrido desde la Plaza Mayor. En el arco de entrada al ferial se cortó la cinta y después se izó la bandera de La Solana, que volvió a ser trasladada al centro del parque municipal, junto a la fuente central. El hecho de no avisar del cambio despistó a mucha gente, incluso a los medios de comunicación.

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Un momento del tradicional corte de la cinta                                                           Foto: GACETA

         Después de la vuelta de rigor por las casetas y atracciones, la comitiva bajó al teatro “Tomás Barrera” para dar comienzo al acto del pregón. Hubo nuevo formato, ya que la gala arrancó con música a cargo de la violinista Andrea Samek y la arpista Elena Aker, que interpretaron Braveheart y La bella y la bestia. A continuación, el Cronista de la Villa, Paulino Sánchez, presentó el acto recordando de “la feria de los recortes”, pidiendo a los políticos un esfuerzo de consenso “en aras de resolver esta difícil situación”.

         Después leyó el acta del 44º Certamen Nacional de Poesía. El primer premio recayó en Isabel Villalta, que subió a leer su poema titulado “Temblor ensimismado”, y el segundo en Amalia Aparicio, que también subió al escenario para leer su trabajo titulado “El agua”. Y es que el agua era el tema exigido en esta edición.

         Después de la interpretación de dos temas más de música celta a cargo del dúo de violín y arpa, Paulino Sánchez habló del pregonero, hombre de conocida familia de comerciantes solaneros, rememorando la tienda de Los Marcelianos, de imborrable recuerdo en la localidad. Después perfiló el currículum de Francisco García-Catalán Gallego, de 52 años, que estudió en el colegio Romero Peña, después en el IES Modesto Navarro y jugó en el CF La Solana juvenil. En Madrid se licenció en medicina y después hizo el doctorado en Granada, especializándose en aparato digestivo.

         El pregonero no invirtió mucho en su pregón, exactamente trece minutos, pero suficientes para expresar recuerdos, anécdotas, sentimientos y agradecimientos, y también para reivindicar su condición de solanero y enviar un mensaje de esperanza en estos tiempos de desesperanza.

         Comenzó hablando de la mezcla de melancolía y ternura que le producían recordar la feria, con aquellas tómbolas, el olor a pollo asado, el humo de los churros y los circos de Manolita Chen y Estambul “en una época monótona todo el año la feria traía luz, sonido y colores que sacaba a la gente de su rutina”. Se acordó de los solaneros emigrantes y de sus inolvidables años de instituto. En este punto agradeció el esfuerzo de aquellos padres “que nos dieron estudios cuando era trabajar en el negocio familiar”.

         Precisamente en una feria, en el mítico Inma Park, el pregonero comenzó a salir con su actual mujer, Joaqui. Tres décadas y media después, siguen inculcando a sus hijos las raíces solaneras. En Úbeda, como en La Solana, la forma de vida cotidiana no tiene precio “es el modelo de calidad de vida que a mí me gusta, que te da un pueblo y no te puede dar una ciudad”. Acabó enviando un mensaje de esperanza ahora que “nos roban el futuro de nuestros hijos”. De hecho, su propia hija se ha marchado a trabajar a Francia. Por eso, pidió más optimismo y procurar dejar al lado el fatalismo en el que parece que nos hemos instalado.

         El alcalde, que entregó un detalle de gratitud al pregonero, cerró el turno de intervenciones. Luis Díaz-Cacho envió un abrazo a todas las familias que lo están pasando mal y admitió que los últimos doce meses “han sido los peores de mi vida”. Es más, reconoció que los políticos “no hemos estado a la altura y pedimos disculpas por ello”. Volvió a apelar al diálogo con el gobierno regional para reconducir la situación límite del Ayuntamiento de La Solana, aunque quiso ver el futuro con buenos ojos “pese a todo creo en el futuro y las posibilidades de La Solana y hago un llamamiento a la solidaridad de todos; nuestra fuerza está en la colectividad” –concluyó-.

         La gala siguió con el dúo de violín y arpa, que interpretó la banda sonora de Titanic y acabó con una adaptación de Las Espigadoras, de La rosa del azafrán, que naturalmente provocó una cerrada ovación del público solanero.

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