Juan José Díaz de los Bernardos pide una solución a los robos                    Foto: GACETA

         Paulino Sánchez

El presidente de Asaja en La Solana, Juan José Díaz de los Bernardos, ha denunciado el robo de 9 motores de riego a agricultores solaneros y ha dejado patente la indignación que sienten ante los continuos sucesos similares que se producen en las explotaciones agrarias de la zona.

En declaraciones a Radio Horizonte, Díaz de los Bernardos valora el esfuerzo de la policía y la Guardia Civil “dentro de los medios que tienen”, así como la última reforma del Código Penal “a propuesta de Asaja”, pero ha expresado la impotencia e impunidad con la que se sigue actuando. En su opinión, estos robos los perpetran auténticos expertos. “Desmontar nueve motores es algo que a un mecánico le lleva mucho tiempo y los ladrones lo hacen en tiempo record”.

La Guardia Civil trabaja con los medios que tiene en esta materia

Admite que tantos robos simultáneos sobrepasa a las fuerzas de orden público, que no tienen efectivos para tanta vigilancia, aunque cree que si eso ocurriera en otros lugares de España “ya hubiera intervenido hasta el ejército”.

Juan José Díaz de los Bernardos explicó que esos robos se han producido en la zona conocida como ‘Las Aberturas’, afectando a parcelas de agricultores solaneros. “Ahora tendrán que desembolsar entre cuatro y cinco mil euros, además del perjuicio que supone no poder regar sus viñas durante un tiempo”.

Hace un llamamiento a la ciudadanía para que denuncie si ve algo raro, y pedía que nadie compre nada que se le ofrezca fuera del mercado normal, aunque sea una ganga. Además, denuncia que en aquellos lugares donde no se pueden llevar el motor o cualquier otro elemento para venderlo luego, “los ladrones producen destrozos con saña, vertiendo el gasoil o provocando cualquier avería en otras instalaciones de las fincas”. Según el dirigente local de Asaja, esta situación lleva a los agricultores a estar siempre en vilo. “Hoy nos roban un motor, mañana una batería y al día siguiente otro elemento. Esto es un sin vivir”.

Pide que se redoblen los medios para la vigilancia y, sobre todo, que se aplique el Código Penal con la fuerza que se debe. “Tenemos que presionar de alguna forma para evitar que sigan produciéndose estos hechos, que se repiten con demasiada frecuencia”.