Dolores Manzano entregano los presentes a Lola Merino     Foto: GACETA

Gabriel Jaime

AMFAR La Solana homenajeó a su presidenta nacional, Lola Merino, en el marco de la V edición del Premio a la Mujer Trabajadora del Año. La asociación destacó el compromiso y la dedicación de su regente a lo largo de los años, en una actividad que sirvió para celebrar San Marcos y comerse el tradicional hornazo.

La Asociación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural de la localidad eligió a su presidenta nacional, Lola Merino, para entregarle el premio a la Mujer Trabajadora del Año. “Un premio que no merezco, aunque estoy muy agradecida por ello”, según indicó la homenajeada a la prensa, recalcando que lleva más de quince años trabajando con AMFAR de La Solana “con la convicción de que son mujeres, que son rurales y que se deben a ellas mismas para defender sus derechos e intereses como mujeres rurales”, señaló. Merino dijo que “ser rurales no significa ser de segunda división ó que tengan menos recursos”, asegurando que por ese motivo siguen trabajando para que todos tengan las mismas oportunidades.

Agradeció el premio a la junta directiva, a las socias solaneras y especialmente a su actual presidenta, Dolores Manzano, destacando la labor y las múltiples actividades realizadas durante su etapa en la presidencia, indicando “hemos trabajado muchos años y hay mucho cariño personal”. Sobre la sustitución de Manzano en el cargo, la presidenta nacional dijo que “ya se han dado paso importantes”, indicando que habrá una reunión interna para elegirla.

La veterana presidenta local se mostró muy contenta “porque es mi broche de oro el poder homenajear a la persona que más se lo merece como mujer trabajadora”, indicó. La propia Manzano entregó un ramo de flores a Merino y también una placa conmemorativa, recibiendo una sonora ovación de las socias presentes con la presencia de afiliadas de Membrilla, Villarrubia, Campo de Criptana y La Solana.

Tras la entrega de distinciones y las palabras protocolarias, se comieron el tradicional hornazo de San Marcos, “una tradición gastronómica que hay que mantener”, dijo Merino.