El equipo tuvo que emplearse a fondo para superar al Miguelturreño                              Foto: GACETA

       Aurelio Maroto

La Solana: Seve, Juli, Capelo, Sancho, Diego Sevilla, Michel, Pitu, Raúl Delgado, Chule, Almarcha y Jesús Bueno. En la segunda parte salieron Tore, Juanma y Jose López.

Miguelturreño: Nico, Rubén, Alfonso, Capi, Luisfer, Rubén Delgado, Alberto, Sergio, Párraga, Jhonny e Ivanchu. En la reanudación salieron Yoko, Fran, Lope y Miguel.

Árbitro: Yébenes Canuto. Buen arbitraje en un partido con no pocas aristas. Amonestó a los locales Raúl, Almarcha y Tore, y a los visitantes Luisfer, Rubén, Ivanchu, Jhonny y Párraga.

Goles: 1-0 m. 60 Chule, de penalti.

Incidencias: Cerca de 400 espectadores en La Moheda en tarde ventosa y desapacible. Césped natural en buenas condiciones.

Comentario: Chule fue el brazo ejecutor de un partido extraño en una tarde de perros. Su gol al cuarto de hora de la reanudación, merced a un penalti sobre Capelo, fue suficiente para liquidar a un buen Miguelturreño y, de paso, para alimentar el sueño amarillo. Tres puntos con precio de diamante y peso de plomo, sobre todo porque La Solana anduvo muy lejos de su mejor versión. Es más, ganó un partido en el que nunca tuvo el control. Seve, inmenso, emergió con tres manoplas imposibles que mantuvieron inmaculado el salvoconducto hacia una victoria que aúpa a los amarillos a zona de promoción, ex aequo con el Carrión.

            El fuerte viento dinamitó en parte lo que prometía ser un gran espectáculo. El Miguelturreño, bestia negra en La Moheda últimamente, llegaba embalado. La Solana también. La ventisca obligó a modificar guiones sobre la marcha, y ahí, los visitantes fueron mejores, sobre todo en la primera parte con el aire a su espalda. Mientras Jesús Bueno y Almarcha se esforzaban por sacar el balón con un saco de piedras a las costillas, los blancos presionaban en busca de robos para proyectarse como una exhalación a la contra. Luisfer tenía en su punto de mira a Alberto e Ivanchu para lanzarlos hacia Seve. Sin embargo, la primera llegada clara la firmó Juli, pero su pase de la muerte se paseó delante de Nico. Acto seguido fue Luisfer quien no anduvo atento para rematar un peligroso saque de esquina, y Rubén Naranjo lanzó desviada una vaselina franca al minuto siguiente.

            En esa dinámica transcurrió la primera parte. La Solana quería pero no podía y el Reño quería y, de vez en cuando, sí podía. Los amarillos sufrían, Chule y Pitu se aburrían arriba, Raúl no entraba en juego y el objetivo era llegar indemnes al descanso. Así fue gracias a un paradón de Seve en una intencionada volea de Párraga al filo del 45.

            En la reanudación debían cambiar las tornas, pero lo hicieron sólo a medias. La Solana se estiró, pero no supo aprovechar el factor viento para y tener el control. Faltó sosiego y sobró ansiedad. Ahí se manejaba mejor la escuadra churriega, aunque sin la profundidad de la primera parte. El penalti sobre Capelo, en una acción de habilidad y astucia, puso a La Solana en franquía. El 1-0 noqueó por momentos a los blancos y desencadenó los mejores momentos del equipo local. A los 19 minutos, Almarcha ejecutó magistralmente un libre directo, pero Nico voló como los ángeles para desviar a córner. Pudo ser el 2-0. Sin nada que perder, el Miguelturreño quemó sus naves y Ángel Izquierdo también movió fichas. El ex-amarillo Fran pudo empatar a diez del final, pero Seve repelió su zapatazo en una buena jugada de laboratorio de Pepe Berja. Y a los 86, otra vez Seve sacó su guante derecho para desviar un cabezazo a bocajarro de Lope. Entre tanto, La Solana pudo sentenciar en varios contragolpes, pero unas veces la precipitación y otras la mala puntería evitaron el gol de la tranquilidad.

            Al término del encuentro, Ángel Izquierdo se felicitaba por los tres puntos y por la capacidad de sufrimiento de su equipo, sabedor de que estuvo huérfano de fútbol. “No nos hemos adaptado al viento pero sí hemos sabido sufrir y sacar el partido adelante, que es lo importante”.