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La ciudad

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Santiago Ocón da explicaciones durante la presentación de la cooperativa            Foto: GACETA

    Aurelio Maroto

   En un momento donde las energías limpias se consolidan como una necesidad global más que como una alternativa, proyectos como las comunidades energéticas locales abren la puerta a un modelo más justo, sostenible y económico. Para muchas familias, la posibilidad de abaratar la factura de la luz es una posibilidad real, y eso es precisamente lo que busca la nueva cooperativa energética de La Solana, un proyecto impulsado por la Fundación Legado Bustillo que podría traducirse en un ahorro anual de hasta 180 euros en la factura de la luz, una cifra nada desdeñable para un hogar medio.

   Este jueves, el auditorio Don Diego acogió una charla informativa para informar sobre los detalles. Miguel Ruiz, director de la Fundación, explicó el alcance de un plan que se impulsa junto a la empresa CEL Management, especializada en la gestión de Comunidades Energéticas Locales. “Creemos que es una oportunidad para La Solana, ya que todas aquellas personas que quieran disfrutar de energía solar podrán hacerlo sin necesidad una inversión en su domicilio”. La propuesta pasa por aprovechar cubiertas municipales o de otros edificios (por ejemplo, el Centro de Nuevas Tecnologías Petra Mateos, sede de la propia Fundación). “Intentaremos que todos los vecinos de La Solana puedan beneficiarse de esta cooperativa energética de tal manera que sus facturas de la luz se vean importantemente reducidas”, indicó. Y ante la posible desconfianza de quienes comparan esta iniciativa con las ofertas comerciales habituales, aclara que no se trata de ninguna venta encubierta.

   El profesor y técnico en energías renovables, Santiago Ocón, profundizó en el funcionamiento interno de la nueva cooperativa. “Todos firmamos el contrato, tenemos unos precios prioritarios y somos productores de energía”, explica. La producción propia reduce el consumo procedente de la red convencional, un beneficio directo y común. “Nosotros no estamos vendiendo nada, simplemente poniendo a disposición de la gente de La Solana la posibilidad de que sus facturas se vean reducidas”, añade.

   En este sentido, el proyecto está dirigido a quienes no pueden -o no desean- instalar placas solares: inquilinos, vecinos en pisos, personas con recursos limitados o sin interés en gestionar subvenciones. “La cooperativa democratiza el acceso a la energía más barata del mercado: la fotovoltaica, y los números hablan por sí solos porque una familia normal puede ahorrar entre 130 y 180 euros al año”. “Y todo, por el módico precio de 2 euros para siempre”, resume Ocón. Los interesados en adherirse al nuevo modelo solo tienen que pasarse por el edificio ‘Petra Mateos’, sede del Legado Bustillo, en el polígono industrial.

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