Aurelio Maroto

   El césped natural de La Moheda tiene los días contados. La alcaldesa acaba de confirmar que se ha decidido sustituirlo por césped sintético, asumiendo que la obra resultará más costosa. En un encuentro con la prensa, Luisa Márquez ha revelado que se está planeando una reforma integral de la ciudad deportiva, donde se incluyen los dos campos de hierba (el principal y el anexo), así como la reforma de las pistas de pádel y otras actuaciones que de momento están en mente. Evitó dar cifras, pero sí confirmó que el Ayuntamiento hará un esfuerzo importante para modernizar una infraestructura cuyo estado ha calificado de “lamentable”.

  “Desde el principio el césped estuvo en nuestra mente, pero cuando uno llega y se encuentra tantas prioridades y todas urgentes, hay que valorar”, ha dicho la regidora. El caso es que se convertido en un tema fijo en el debate político, amplificado por el mal estado del campo y las críticas por ello. La realidad es que la hierba natural de La Moheda se estrenó en 1991 y se resembró en 2006. Desde entonces, solo se han puesto algunos remiendos, pero sin ningún arreglo completo. “Se ha dejado morir y su vida útil estaba sobrepasada”, ha subrayado. Recuerda que lo más importante de un césped natural es su mantenimiento, que si además tiene dañado el sistema de riego “es imposible porque se inundan las bandas, se queda seco el centro y hay que regar a mano, con la pérdida de tiempo y la ineficacia que eso supone”.

   Luisa Márquez ha reconocido que se pensó en cambiar la hierba natural por tepes nuevos. “Es más barato y se tarda poco, pero sería un forma de quedar bien”. Insiste en que el sistema de riego está roto en al menos cinco tramos y seguiría el problema de uso en épocas de lluvia o hielos. Eso, sin contar el alto consumo de agua, que también considera un obstáculo. Ha anunciado que lo más inmediato será sustituir el césped sintético del campo anexo, que también agotó hace tiempo su vida útil, ya que se instaló hace 16 años. “Nos permitiría un uso intensivo de la instalación ante el flujo increíble de deportistas que tenemos”. Después vendría el campo principal, que cambiará la hierba natural por sintética. Pero eso conlleva una obra de relieve, que incluiría el derribo de la valla de hormigón que circunda el terreno de juego actual, una auténtica trampa para los futbolistas y un peligro evidente ante posibles golpes. “Solamente retirar esa valla de hormigón nos costará en torno a 50.000 euros”, ha matizado la alcaldesa.

El anexo será el primero en sustituir el césped 

 Ante la insistencia de los periodistas sobre los plazos y la inminencia de la próxima temporada, ha señalado que “vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para que al menos un campo esté terminado, y no vamos a escatimar en la inversión, pero hasta que no tengamos el proyecto de reforma integral redactado quiero ser prudente con las fechas”.