El párroco Benjamín Rey introdujo las estaciones desde el altar mayor                  Foto: GACETA

Paulino Sánchez

Por segundo año consecutivo, el Cristo del Amor no pudo recorrer las calles en la noche del miércoles para el itinerario del tradicional Vía Crucis que parte de la parroquia de Santa Catalina.

   A las once de la noche, la lluvia que caía sobre la localidad, obligó a los organizadores, que son los directivos de la cofradía de la Vera Cruz, a tomar la decisión de celebrar el Vía Crucis en el interior del templo.

   La carroza con la imagen del Cristo del Amor y la Dolorosa, fue colocada delante del altar mayor de la iglesia, donde permaneció durante la celebración de la estación de penitencia.

   Con la introducción de cada una de las catorce estaciones por el párroco de Santa Catalina Benjamín Rey, fueron diversos fieles los que subieron al ambón del altar mayor para realizar la lectura de los textos bíblicos y meditaciones de cada una de esas estaciones, que asimismo contaron con los cánticos de los asistentes al término de las mismas.

Señalar que el Cristo del Amor volvió a contar en su ornamentación con el habitual sudario morado, prenda que portaba la imagen destruida en 1936, que en los años precedentes había sido sustituida por otra tela.

   Por segundo año consecutivo, la lluvia ha impedido la salida a la calle del tradicional Vía Crucis del Miércoles Santo, aunque esas mismas causas ya habían obligado a la suspensión en otras ocasiones, además de los años en los que la situación sanitaria 2020 y 2021, tampoco lo hicieron posible.