Un joven graba el ambientazo de la Plaza Mayor este miércoles          Foto: GACETA

    Aurelio Maroto

   A varios kilómetros a la redonda resonaba el cántico tantas veces escuchado en eventos deportivos: ¡Campeones, campeones! Eran, más o menos, las diez y diez de la noche. Una noche fría con la mano en el termómetro, pero caliente con la mano en el corazón. Muchas manos temblaban. Algunos ya no tenían uñas que comerse. Se palpaba una extraña mezcla de ilusión y nervios, de esperanza y miedo. ¿Y si no ganamos?, decía alguno. Pues felicitamos al ganador y que nos quiten lo bailao, respondía otro”. 

La Agrupación Folklórica 'Rosa del Azafrán' amenizó la espera             Foto: GACETA

    Cuando se acercaban las diez de la noche, la inquietud crecía. En seguida se viralizó una imagen, la de una tabla que mostraba a dos pueblos muy destacados en la votación y casi empatados a votos. Todos daban por hecho que uno era La Solana, pero no se sabía cuál. ¡Mira que si perdemos por un puñado de votos! –pensaba la mayoría-.

El trenillo también irrumpió en la plaza, repleto de niños             Foto. GACETA

     Se acercaba la hora del desenlace. Las murgas, incansables, ponían alegría en un mar de incertidumbre. Cantaban y cantaban entre un mar de teléfonos móviles grabando. Otros móviles tenían puesto el programa Ancha es Castilla-La Mancha, en una espera que se hacía interminable. Las asociaciones de mujeres, en un alarde de trabajo en equipo, repartían ‘viejas’ para endulzar la tensa espera. Valga como dato que frieron 921, ni una más ni una menos. Desaparecieron en los estómagos de la muchedumbre, naturalmente.

Las asociaciones de mujeres haciendo 'viejas'             Foto: GACETA 

   Y de repente, una explosión de júbilo reveló el veredicto final. La Solana había ganado el concurso. Ya era el Pueblo más Bonito de Castilla-La Mancha por decisión popular. La Plaza Mayor parecía un estadio de fútbol donde su equipo había marcado el gol de la victoria en el último minuto. Y además, en la gran final del campeonato. 

La alcaldesa responde a las cámaras de CMM nada más conocer el resultado               Foto: GACETA 

  Abrazos, besos, emoción, lágrimas… Y cánticos, muchos cánticos de unas murgas que llevaban en volandas al resto. Volaban los gritos de ¡campeones, campeones!, volaba el júbilo de la gente… y hasta volaba el concejal de Promoción Económica en un manteo improvisado. Tanto él como la concejala de Festejos, Ángela Notario, eran probablemente las dos personas más felices de la noche. Ya más tranquilos, este jueves han acudido a los micrófonos de Radio Horizonte, y no han ocultado su satisfacción. “En estos meses hemos visto cómo es La Solana, pero sobre todo hemos visto cómo somos los solaneros”, decía la concejala. No hay mejor resumen. Lo siguiente serán las uvas de Nochevieja. El reloj de Santa Catalina será el reloj de toda nuestra región.