El FF La Solana sumó su primer punto ante un rival de alto nivel

         Aurelio Maroto

      El Quesos La Casota-FF La Solana debutó con un empate ante su afición. El 0-0 frente al UD Tenerife B no colmó las expectativas, pero tampoco creó ningún trauma. Si el estado de ánimo final es un reflejo, las amarillas no tenían la sensación de haber perdido dos puntos, sino de haber sumado uno. La razón es triple: las tinerfeñas no son cojas, perdonaron en tres ocasiones de libro en la segunda mitad, y lo más importante, las locales dejaron un poso de empaque que permite creer en ellas. Aunque sean odiosas, las comparaciones ayudan a comprender y muchos aficionados comparaban con el año pasado. La opinión general es que no hay color, aunque solo el tiempo dictará sentencia.

      El FF La Solana trabajó mucho el punto frente a un adversario dinámico en el movimiento de balón y con desparpajo en las proyecciones a la contra. El mejor antídoto era apretarse en los espacios y entender el juego para dar respuesta a las acometidas insulares, sin obviar el control del juego en cuanto fuera posible y la presencia en ataque en busca del gol.

       La primera parte fue un toma y daca. El Tenerife tuvo sus momentos merced a su gran facilidad para plantarse en tres cuartos, pero tanto Mireia como Lorenzo anduvieron atentas y rápidas en el eje, mientras que Paula exhibió seguridad bajo palos. Aunque Ami se esforzó en poner buen pie al centro del campo con la ayuda impagable de Ana Hilario, costaba encontrar rupturas claras en busca de Belén Potassa o Gabrielle. La camerunesa tuvo una muy clara en un cabezazo que mandó alto con toda la portería para ella.

Las amarillas defendieron bien, pero adolecieron de mordiente ofensivo 

     En la reanudación, más de lo mismo. La Solana mezclaba minutos de dominio claro con otros de sufrimiento. En verdad, el Tenerife tuvo el partido en tres acciones que no entraron por una mezcla de mala suerte y torpeza, incluido un balón al travesaño. Pero cuentan los goles, no las ocasiones, de modo que las locales tocaron a rebato en el tercio final y encerraron a su rival. Manuel Fernández agitó el banquillo en busca de revulsivo. Sacó a Olga para abrir la banda derecha y Gabrielle empezó a recibir balones cerca de la media luna del área. Sin embargo, faltó claridad para traducir el dominio en situaciones claras de gol.

El ataque, la asignatura pendiente

       No había un sentimiento amargo al término del partido. “A mí no me gusta empatar, me gusta ganar, pero el equipo ha desarrollado un buen trabajo y estoy contento porque las chicas han entendido el partido y el crecimiento que siguen teniendo”, declaró Manuel Fernández a Radio Horizonte. El técnico cordobés dijo que sus jugadoras han sabido controlar las líneas de resistencia, cómo manejar esa presión intermitente y transitar defensivamente de manera correcta. “Estamos empezando a enlazar todas esas fases necesarias del juego para generar oportunidades de gol”. Su único ‘pero’ rotundo era el juego de ataque, que ya emerge como una asignatura pendiente. “Soy muy claro hablando y aún hay que mejorar la parte ofensiva, donde tenemos carencias, y además es una plantilla demasiado corta”.

            En cualquier caso, esos aspectos negativos no esconden el principal crisol del que bebe este equipo: “Somos un equipo muy fuerte mentalmente, ahora habrá que ir trazando todos esos mecanismos que nos haga crecer y optar a poder estar de mitad de la tabla para arriba, como mínimo”.