La plantilla se conjura para este comienzo de liga. Se acabaron las pruebas

           Aurelio Maroto

      Se acabaron los fuegos de artificio. El ‘nuevo’ CF La Solana se ajusta los estribos para dar la bienvenida a la liga 23-24. El equipo de Armindo viajará el domingo a Tomelloso para vivir su enésimo duelo comarcal con los auriverdes en el estadio ´Paco Gálvez´ (18 h). Un derbi madrugador en el que habrá muchos ojos puestos. Los amarillos –que vestirán de azul- llegan cargados de confianza. También de responsabilidad. Detrás queda un verano frenético, donde la ilusión de la afición se ha mezclado con las dudas ante un modelo deportivo distinto.Es el respeto natural a lo desconocido. El cambio ha sido brutal desde el punto de vista escénico. La plantilla es completamente profesional, aunque muchos jugadores mantengan otras ocupaciones para complementar su bolsillo. La diferencia es que, ahora, el fútbol es lo primero para ellos, no al revés.

      El rendimiento que dé la nueva plantilla en liga es una incógnita, pero esto no es diferente a los otros diecisiete equipos del grupo. Lo único seguro de antemano es que el CF La Solana ha lanzado un proyecto con el que quiere dar un paso adelante. Subir un peldaño, como mínimo. Y también es tangible lo visto en pretemporada. Se han mostrado luces y sombras, lo cual es lógico y hasta saludable. Por resumir, se ha visto un equipo sólido atrás, talentoso arriba, y tal vez más huérfano en el manejo de balón. Posiblemente es el sello de Armindo.

     El técnico de Cruz Alta ha construido desde la defensa. Tras las renovaciones de los canteranos Juli Cacho (central), Samu (lateral) y Josema (mediocentro defensivo), llegó Venturini (central). El resto de posiciones fue cayendo como fichas de dominó, con una buena mezcla de veteranía y juventud. Atraídos por el proyecto, y en buena medida por el plan de trabajo semanal, han firmado jugadores con buen caché en el grupo XVIII de Tercera RFEF, caso de Madalín, Josemi, Tete, o los mismos Venturini y Juli Cacho, por citar algunos. La llegada del internacional Xisco Pires a la portería es otro buen ejemplo. Falta saber cómo rinde el otro internacional con Andorra, Álex Martínez, extremo solvente, o los argentinos Maxi Laso y Matías Brianese, que han dejado destellos, pero se espera mucho más de ellos. Sí es una buena noticia la irrupción del brasileño Paulo Junior, un pulmón de enorme despliegue físico que ha causado muy buena sensación. También ha sorprendido Moreno, que junto a Galego han llegado para cubrir fichas sub-23. Falta saber qué ofrecen los dos carrileros con marchamo de –teóricos- titulares: Tati Maldonado y Dani Jodar. Problemas físicos los han dejado casi inéditos en pretemporada. Tanto Samu como Petrus han dejado caro que están listos para ‘robarles’ el puesto. Y el club sueña con resolver en breve el visado del extremo colombiano Miller Moreno, que podría volar en breve a su nuevo destino.

Julián Martín-Zarco lidera el nuevo proyecto amarillo, consciente de su dificultad pero seguro de su necesidad

Expectación

      La expectación es grande en La Solana. La afición siente el cosquilleo de vivir algo nuevo, diferente. El nivel de asistencia a los tres partidos de pretemporada en La Moheda son el mejor termómetro. El socio está motivado porque hay nuevo guion. La otra película ya la había visto. Ahora bien, el grado de interés corre paralelo al de exigencia. En el seno del club se ha optado por la prudencia y nadie ha prometido nada; solo ese ‘paso adelante’ tan deseado como enigmático. Sin embargo, el runrún entre los aficionados es que esta temporada, por fin, dejarán de viajar junto al coche escoba. Ya iba siendo hora, por lo menos de intentarlo. La junta directiva presidida por Julián Martín-Zarco ha hecho su trabajo, a caballo entre la prudencia y la audacia. La pelota, nunca mejor dicho, está ahora en el tejado del vestuario. Ellos marcarán el rumbo por una razón simple: los resultados mandan.