La zarzuela regresó al Tomás Barrera con un estreno: El barbero de Sevilla
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Publicado: 17 Octubre 2021
Un momento de El barbero de Sevilla en el auditorio Tomás Barrera este sábado
Aurelio Maroto
La 38ª Semana de Zarzuela asistió este sábado al estreno de El barbero de Sevilla, una divertida comedia de ‘género chico’ donde el teatro cobra un protagonismo especial. Era la primera vez que el veterano festival lÃrico acogÃa esta obra, con partitura original de los maestros Nieto y Giménez, amén de un atinado libreto de PerrÃn y Palacios. Y un estreno siempre se agradece. Musiarte Producciones regresaba asà a La Solana tras su obligada ausencia del año pasado. En la sesión de tarde, a la que acudimos, se cubrieron casi tres cuartos de aforo y el público, como la escenificación, fue de menos a más. Arranque frÃo y final cálido, asà de simple.
Aunque alguno todavÃa dudaba en los prolegómenos, habÃa quedado claro que se trataba de la versión zarzuelera de la célebre ópera de Gimacomo Rossini. Las diferencias, naturalmente, son notables, aunque también los guiños a la exégesis operÃstica. La representación se despacha en poco más de hora y cuarto, suficiente para que el respetable se divierta con una trama que atrapa en seguida y está llena de matices. Ahà lleva la voz cantante Carlos London, aunque apenas cante. El acrisolado bajo, que en La Solana ya ofreció noches gloriosas cantando el ‘Despierta Negro’ de La tabernera, ejecuta con gran maestrÃa el papel del maestro de canto ‘Bataglia’, empeñado en hacer triunfar a su alumna aventajada, ‘Elena’, que interpretó con resolución la joven soprano RocÃo Faus. A ello se opone su padre, ‘don Nicolás’, encarnado por Pedro Forero, un marido infiel a su esposa formal, ‘Doña Casimira’ (Carmen Montano), y enamorado de la cantante ‘La Roldán’ (Carmen Terán).
El barÃtono Fran GarcÃa interpretando el aria Largo al factótum
En medio de todo está ‘Ricardo’, al que dio vida el barÃtono Fran GarcÃa, pleno de recursos teatrales y de energÃa vocal, como demostró en Largo al factótum, el célebre aria sacado de la ópera rossiniana. Al margen de la buena ejecución del difÃcil ‘FÃgaro’, destacó la pieza para soprano por excelencia de esta obra: Me llaman la primorosa, que llenó de ‘bravos’ la ovación final hacia RocÃo Faus. Fue una pena que un error en la proyección de la pantalla de fondo exhibiera la manzana de Apple justo en el momento cumbre de la romanza.
Pedro Forero y Nacho Muñoz en otra divertida escena de esta obra
Por lo demás, El barbero de Sevilla es una zarzuela ‘chica’ que evoca a cualquier comedia de enredo de principios de siglo, que perfectamente podrÃan haber firmado Arniches o los Quintero. Apenas media docena de personajes, sin coros, pasacalles, chotis o cuadros colectivos, más allá del concertante ‘Tira de la falda’ y la despedida final. Pero el público se va metiendo en la trama sin darse apenas cuenta y termina enganchado hasta las trancas. A la batuta de la orquesta, el incombustible maestro Luis Sánchez Romanos, que ya casi es parte del decorado del ‘Tomás Barrera’ cuando llega la Semana de la Zarzuela.
Cuadro final de la obra 'Celebremos con alegrÃa'
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