Luque -centro- rodeado por Pirri, Juan y Raúl, con los que seguirá compartiendo vestuario

           Aurelio Maroto

         Hace un año que Juanjo Luque (Pozoblanco, 1990) publicó un tuit que lo decía todo: “Qué bien se está donde se está bien”, venía a decir. Por entonces, el CF La Solana afrontaba una nueva temporada en Tercera División y la ilusión se mezclaba con la incertidumbre. Todos supimos pronto el porqué. Una campaña después, mantiene su lealtad al amarillo y renueva su sueño: ascender con La Solana a Tercera División.

         Tras el partido de este sábado frente al Miguelturreño (2-1), donde vio puerta por cuarta vez en esta pretemporada, contó a Radio Horizonte qué espera en Preferente. “Va a ser una categoría muy difícil, pero cuando nos juntamos todos a hablar y decidimos quedarnos dijimos que era para devolver a La Solana donde merece”. Eso sí, es consciente de que no será sencillo, sino todo lo contario. “Vamos a tener que sudarlo y ser muy regulares, hacerle caso al míster y ojalá podamos lograr el objetivo”.

           Luque cumplirá su tercera temporada en La Moheda, donde afirma sentirse plenamente integrado y feliz. “He seguido porque, aparte de seguir todos, estoy muy cómodo con los compañeros, la directiva, la afición…”. “A mí me da igual hacerme una hora y media de coche todos los días para estar aquí”. Todavía lame sus heridas tras el descenso, que cree que nunca debió suceder. A pesar de exhibir un buen rendimiento personal, aceptando con naturalidad donde le ponía cada entrenador –fue lateral, mediocentro y delantero-, pasó momentos difíciles. El día del Calvo Sotelo (1-3), tocado física y moralmente, vio los últimos minutos en el balconcillo de la cabina de prensa, probablemente asumiendo lo inevitable. Y quizás ese día, como otros, se dio cuenta por qué merecía la pena seguir defendiendo ese escudo. “El año pasado fue increíble cómo nos apoyó la afición hasta el último momento a pesar de las dificultades”, destaca.

           Aquello pasó y se ha descorchado una botella nueva, que reduce una categoría oficial pero desprende un aroma de altos vuelos. No oculta que la plantilla está construida con un único fin: ascender. “Nuestro trabajo es darle motivos a la afición igual que nos dan ellos y la directiva”, señala, consciente de que a esta plantilla se le exigirá en función de su potencial, como ha demostrado en los dos últimos encuentros frente a rivales de Tercera RFEF. “Se nota que vamos cogiendo ritmo, aunque nos falta mejorar en zona de presión y salida de balón”. “Nos quedan dos semanas –y dos partidos- para ponernos a tono y demostrar el equipo que somos”.