Un control policial reciente en el Rasillo del Convento                                                               Foto: GACETA

             Aurelio Maroto

            Apostada en un cruce aleatorio, a ser posible invisible hasta darse de bruces con él, la patrulla vigila. De repente, los conductores se topan con los agentes. Normalmente, es un trámite. Identificación y hasta la próxima. La inmensa mayoría va “en regla”, pero mayoría no significa totalidad. Por desgracia, una minoría todavía incumple los preceptos, y ahí es donde los agentes actúan de manera coercitiva. Tal es su obligación.

            La Policía Local de La Solana lleva meses de trabajo extra, especialmente en las últimas semanas. El cierre perimetral de la ciudad ha multiplicado los controles y, en consecuencia, las denuncias. Los objetivos son varios, entre ellos controlar el respeto del confinamiento domiciliario en aquellas personas con PCR positiva, sean o no de la localidad.

            “El comportamiento general de la población es muy bueno; casi todo el mundo cumple con las normas y no es necesario denunciar; es muy raro ver a alguien sin la mascarilla”, afirma el subinspector-jefe, Antonio Velasco. Llevan encina los listados oficiales de la Delegación Provincial de Sanidad, que revela el nombre de quienes no pueden salir de casa. Los ciudadanos están obligados a identificarse ante los agentes, quienes a veces comprueban que la cuarentena se cumple. Por eso, es muy importante que todos llevan su carné de identidad consigo.

La Policía Local insiste en que los ciudadanos lleven consigo su DNI                                        Foto: GACETA

           El subinspector admite que se han encontrado de todo. “Hace poco identificamos a un padre y un hijo en la vía pública siendo positivos, y a otra persona que fue denunciada dos días consecutivos por el mismo motivo”. Enfatiza que estas personas son, principalmente, las que más deben esforzarse en cumplir los protocolos, “son la clave para frenar los contagios”. Otro caso llamativo fue un bar que abrió sus puertas. “Se denunció a la propietaria y a los siete clientes que había en el interior”. Pero insiste: “Son casos muy aislados”. Es más, casi todos los infractores aceptan la denuncia. “Saben que van mal y asumen las consecuencias”.

            La mayor parte de las infracciones se detectan a partir de las 22 horas, ya que no se puede vulnerar el ‘toque de queda’, excepto por causa justificada. Velasco recuerda que el cierre perimetral continúa con las mismas condiciones que el primer día, pese a haber retirado las vallas de caminos y otros accesos. Conviene recordar que la prohibición de salir y entrar ya afecta a la totalidad de municipios de la provincia y región.