La hora de los 'asaltavallas'
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Publicado: 01 Enero 2021

Uno de los caminos cortados al tráfico, salvo en las excepciones previstas Foto: GACETA
Aurelio Maroto
La gente normal se da la vuelta. Y llegado el caso, dejan las cosas como estaban si se dirigen a su casa de campo, o al trajÃn agrÃcola. Es decir, recolocan la valla en su sitio. Pero no todo el mundo es normal.
El cierre perimetral de La Solana ha obligado a controlar salidas y entradas, incluidos los caminos rurales, clausurando algunos salvo para las excepciones previstas. Donde no hay patrulla de la Guardia Civil, la PolicÃa Local ha colocado vallas y encintado. La mayorÃa cumple el precepto, pero nunca faltan dÃscolos sueltos. Sujetos a los que les da igual ocho que ochenta.
Algunos quitan la valla y si te he visto no me acuerdo. Van a sus chalés, o a su parcela, que sà está permitido. Y los hay que buscan literalmente escaparse, buscando una salida por dónde sea, y cómo sea. No les importa el nivel de sofisticación, aunque la barrera pesa un quintal.
El mejor ejemplo ocurrió en Nochevieja. La PolicÃa Local, harta de que las vallas fueran poco menos que papel mojado, habÃa colocado 2.000 kilos de bordillos junto al puente del llamado ‘Camino del Portillejo’, bajo la variante de circunvalación. Ni con esas. Al poco tiempo arramblaron con la barricada oficial para dejar vÃa libre en ese punto, que conecta fácilmente con un conocido nudo de carreteras de las afueras.

Puente bajo la variante con los bordillos orillados para tener acceso
La imagen que publicamos es suficientemente gráfica. Revela hasta qué punto hay gente capaz de saltarse a la torera cualquier cosa. Las imágenes de gente muriendo, hospitales atestados y negocios cerrados no van con ellos. Solo falta que cojan una pancarta y salgan gritando ‘libertad’, que se ha puesto de moda. Lo dicho, no todo el mundo es normal.
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