Juan García de Dionisio, gerente de 'Garden Center', en la sala de musculación                        Foto: GACETA

         Javier Ruiz

Los gimnasios es uno de los sectores que más está sufriendo en estos meses de crisis sanitaria. Con muchas medidas de precaución, desinfección constante o el distanciamiento correspondiente, estas instalaciones requieren de un cuidado especial, debido principalmente a los ejercicios, esfuerzos y exhalación de aire.

En estos meses de confinamiento y medidas especiales, hay empresarios que siguen apostando por sus negocios, ofrecer servicios de calidad, y seguir trabajando dentro de sus posibilidades. Es el caso de Juan García de Dionisio, que recientemente ha decidido ampliar y mejorar sus instalaciones en un nuevo edificio, con un completo gimnasio, ‘Garden Center’, en la Avenida de la Constitución –frente al parque municipal-, ofreciendo más servicios deportivos y mejores instalaciones que la antigua ubicación, ya obsoleta.

Las medidas de seguridad que se aplican en el nuevo gimnasio pasan por lavado de manos de todos los clientes, estancias totalmente higienizadas, limpieza de material y máquinas, así como aplicación de ozono en las instalaciones. Los clientes, según asegura el responsable y gerente, “llegan muy concienciados y con un miedo relativo”. “Unas personas más que otras”. Afirma que el 90 % de los clientes habituales siguen asistiendo al gimnasio, “aunque es cierto que hay un porcentaje que ha dejado de asistir debido al miedo por el coronavirus”. Sin embargo, han llegado nuevos clientes al calor de una infraestructura mucho más completa y con mayor variedad de posibilidades.

Al margen de las medidas de seguridad impuestas, en el gimnasio ‘Garden Center’ la clientela debe cumplir ciertos requisitos, entre ellos el uso de toallas personales e individuales y limpieza personal.

 Sala de zumba con vistas al parque municipal                                 Foto: GACETA

El nuevo gimnasio consta de dependencias individualizadas. En la planta baja se encuentra la sala de musculación, en la primera planta se ubica el área cardiovascular, con una amplia sala diáfana que incluye clases colectivas. También hay un espacio para clases funcionales al aire libre, así como los aseos. De igual manera, se ha incrementado el número de máquinas y se ha mejorado el material, incorporando más de un 20% con respecto al antiguo gimnasio. Todo está climatizado con fuente de energía por geotermia, “es totalmente limpia y no genera residuos de CO2”, recuerda el gerente.

“Hemos hecho una apuesta fuerte por el deporte en un edificio acorde con los tiempos”, indica, con el objetivo de ofrecer al cliente bienestar, amplitud, seguridad, buenas salas y comodidad para todos. Ante todo esto, lanza un mensaje de tranquilidad. “Lo intentamos hacer de la mejor manera posible, trabajando por la mayor seguridad para todos”. Sabe que una vuelta atrás sería nefasta. Para los clientes y, sobre todo, para el propio gimnasio.