Juan Ramón G-Abadillo -con jersey rojo- se dirige a los socios en un acto reciente                           Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

Primero fue el papel higiénico. Ahora es la harina y la levadura. Mañana no sabemos por dónde le dará a la gente. La realidad es que el pan y sus derivados se han convertido en una las joyas de la corona en los supermercados y ha multiplicado la actividad en las panaderías tradicionales de La Solana. La cooperativa del pan ‘Rosa del Azafrán’ no es ajena a ello y también ha aumentado sus ventas.

Los cinco panaderos de la entidad trabajan casi a destajo. A la mayor demanda se ha sumado el cierre de dos despachos de reparto, según ha confirmado el presidente, Juan Ramón García-Abadillo. “Han dejado de vender pan porque lo llevaban personas mayores y ha habido que adaptar el reparto sobre la marcha”. “Cada repartidor tenía sus casas de reparto y de pronto han tenido que coger más, con el riesgo de que no lleguen a tiempo”, admitía. Ha sido un daño colateral que ha obligado a redoblar el trabajo de los profesionales de la cooperativa. “Estamos capeando el temporal como podemos, con muchas prisas”. El presidente calcula en un diez por ciento el aumento de ventas de pan, y de hasta un veinte por ciento de otros dulces derivados.

            Los días de Semana Santa se decidió despachar un día sí y otro no, a fin de no exponer a los panaderos. Incluso algunos socios lo pidieron así. Pero también hubo protestas y la cooperativa optó por volver a cocer pan fresco a diario. Cree que no hubiera pasado nada por cocer en días alternos. “Son circunstancias especiales”, recordaba, y agradecía la predisposición de los panaderos en nómina. “Sólo piensan en que los socios tengan pan en su puerta al día siguiente”.

Pago con tarjeta

            Comoquiera que ‘no hay mal que por bien no venga’, Juan Ramón García-Abadillo destaca que esta crisis ha permitido aplicar de golpe el pago con tarjeta, mediante un código QR. La medida se estaba introduciendo poco a poco y no sin algunas reticencias, sobre todo de los más mayores. Eso sí, la asamblea general prevista para el primer domingo de mayo, y en la que se iba a presentar el cierre de ejercicio, ha quedado aplazada sin fecha concreta. En cualquier caso, el presidente insistía en que las cuentas se van a cerrar y estarán a disposición de los socios. El cónclave se celebrará cuando las circunstancias lo aconsejen.