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La ciudad

Adrián Guzmán oboe

Adrián, con su oboe, en la habitación 'adaptada' en su casa de Stuttgart

           Aurelio Maroto

         Tenía permiso para Semana Santa y la maleta casi hecha, pero el maldito virus le impidió regresar unos días a La Solana. Se ha quedado allí, en Alemania, esperando que el temporal amaine desde la ventana. Adrián Guzmán Sancho cumplirá pronto cuatro años en el país teutón, paseando su enorme talento como músico y dando lustre a su apellido materno, que son palabras mayores en La Solana cuando de música hablamos.

 Vive en Stuttgart, adonde llegó en septiembre para incorporarse a la prestigiosa Orquesta de la Ópera de esa ciudad, un salto más tras su paso por la orquesta de Leipzig. Tienes que ser muy bueno para estar ahí, y Adrián lo es. Con apenas 26 años se ha abierto camino en una jungla especialmente densa, donde hacerse un hueco exige un ejercicio titánico, tanto de estudio como de clarividencia.              

Reside al oeste de Stuttgart y no ha tenido más remedio que adaptar la cocina como academia de ensayo. Allí es donde pasan las horas él y su oboe, según ha reconocido en una entrevista a Radio Horizonte. “Quería haber ido al pueblo esta Semana Santa, pero…”.

La crisis del (o la) COVID-19 ha cerrado las fronteras y también es disciplinado a la hora del confinamiento. “Llevo tres semanas que solo salgo al supermercado”. “Me lo intento tomar como si estuviese en España, porque aquí es menos restrictivo”. En efecto, cada Lander o estado federado (región) ha tomado sus propias medidas. “Aquí puedes salir a hacer deporte o a pasear con gente”. “En Baviera, por ejemplo, es más estricto, y eso me parece muy curioso”.

            Adrián admite que hay menos gente de lo normal por las calles, aunque le sorprenden cosas que en España están prohibidas por el estado de alarma. “Me asomo a mi ventana y veo a vecinos tomando el sol, y el otro día un amigo me contó que ha estado en la montaña con sus compañeros de piso”. Quizá tenga que ver la cifra de fallecidos, mucho menor que en España. “Se nota que no están tan alarmados”.

            Los alemanes han interiorizado que su menor tasa de mortalidad por coronavirus tiene que ver con la edad media de sus habitantes. “Se dice que hay menos muertos porque la población es más joven, pero no sé hasta qué punto es así”, duda Adrián. Tampoco cree que influya el tópico de que los alemanes son más fríos en el contacto social. Tal vez una mayor previsión, unida a un sistema sanitario muy potente esté detrás de esas cifras menos luctuosas. La realidad es que en Alemania ven incluso con más preocupación lo que ocurre en otros países, por ejemplo en España. “Una compañera de la orquesta pensaba que estaba allí y me llamó muy preocupada”.

Adrián -en la parte superior derecha de la imagen- con la orquesta de Bamberg

Adrián, en la parte superior derecha, durante un concierto con la orquesta de Bamberg      

      En el momento de la entrevista tenían previsión de regresar con los ensayos presenciales el día 19 de abril, a fin de preparar las óperas previstas para el verano, una vez que será ya imposible ensayar las que tenían programadas en breve. Mientras tanto, no para de estudiar y practicar en casa. “He acordado con los vecinos unas horas en las que puedo tocar”. “Me dijeron que sí podía estudiar, pero que a cambio tendría que darles un concierto gratis”. Cuando esto acabe, estará encantado de hacerlo.

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