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La ciudad

Agustín Durán en el Tomás Barrera

Agustín Durán en el 'Tomás Barrera'                                                                                        Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

Es un tipo tranquilo, natural y accesible. Sabe escuchar y aprende de cualquier conversación, que a menudo acaba trasladando a los escenarios. Agustín Durán (Picón, Ciudad Real) ejerce con orgullo su constante promoción del lenguaje manchego, con el que adorna una crítica social constante. Lo hace, naturalmente, en clave de humor, y La Solana es uno de los parajes que mejor conoce. Para él, el auditorio ‘Tomás Barrera’ es muy familiar y este viernes regresó por enésima vez para exhibir todo el talento que lleva dentro, que derrocha por toneladas.

“Tocaba cambiar y traigo tontás nuevas a La Solana, un sitio en el que me siento muy a gusto”, declaró a la prensa. Tras varios años con el conocido ‘Hola borreguetes’ llega ‘Del campo a la ciudad’, donde sigue escudriñando en las cosas cotidianas. “Me gusta tener siempre el ojo puesto en lo que pasa y lo primero que hago es ridiculizarme a mí mismo, y a partir de ahí soy capaz de meterme en cualquier jardín”. “La gente siempre se ríe primero del otro antes que de sí mismo”.

El humorista piconero es uno de los nuevos exponentes del llamado ‘humor manchego’, que tan de moda está. No oculta que se ha creado una forma de hacer reír muy reconocible en toda España y que el público lo ha interiorizado. “Tenemos la suerte de que el humor manchego ya es universal gracias José Mota, Goyo Jiménez o la gente de Muchachada [nui]”. “La gente nos reconoce y nos quiere”.

En su portal web oficial, Agustín Durán aparece con una camiseta de ‘stop fantasmas’, sin duda una metáfora de nuestro mundo. “Creo que hay overbooking de fantasmas en nuestra sociedad, pero creo que somos tantos que ya estamos aceptados”. “Desde los políticos al panadero de nuestro barrio todos tienen algo de fantasmas; siempre hay una rendija para tirar de la soga y hacer humor”.

Por fortuna, Agustín Durán tiene mucho trabajo. Su agenda de ‘bolos’ está llena hasta diciembre. “Es una suerte que tenga tanto trabajo porque tengo fechas cerradas hasta diciembre; es una lotería que me ha tocado, la verdad”.

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