Los Incansables Paquillo, Diego Ré y Antonio 'El Chato' en la Plaza Mayor      Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            No por conocido deja de ser llamativo. El carnaval en La Solana es una religión y sus primeros predicadores madrugan de lo lindo. Aquí tienen a varios de ellos. Son clásicos entre los clásicos.

Por un lado, la inseparable pareja formada por Francisco Rodríguez-Rabadán ‘Paquillo’ y Diego Palacios ‘Ré’ cumplió con la tradición y este miércoles ya estaban danzando por las calles solaneras. A eso de la una del mediodía, en los estudios de Radio Horizonte escuchamos el sonido enlatado de una animada charanga. Nos asomamos y allí estaban. Paquillo y Ré caminaban con su tenderete carnavalero, y esta vez no iban solos. Los acompañaba otro estandarte de nuestro carnaval: Antonio Sánchez Curví ‘El Chato’, a la sazón Carnavalero oficial en esta edición.

Los aparejos eran sencillos. Un pequeño carromato adornado con banderolas de Castilla-La Mancha y un buen amplificador musical. Paquillo era el saxofonista, Ré el trompetista y El Chato el solista, micrófono en mano. Un trío que se hacen llamar ‘Los Incansables’ ¡¡Qué gran verdad!!

Magdaleno dió caza al fugitivo Puigdemont        Foto: GACETA

Y de repente, aparece por detrás otro personaje: el amigo Magdaleno vestido de policía. En realidad eran dos personajes, porque llevaba bien amarrado a un señor de gafas y abundante flequillo negro, muy en candelero últimamente. En efecto, era el señor Puigdemont, ex-presidente de la Generalitat fugado a Bruselas. Magdaleno había logrado lo que nadie: capturarle.

Juan Ángel Casado caracterizado como Emilio El Moro        Foto: GACETA

Por la tarde, otro personaje célebre llama a las puertas de la radio municipal. ¡Es Emilio el Moro! Llega pertrechado con guitarra, chilaba y gorro marroquí. Cantaba algunas de aquellas versiones imposibles que lo hicieron famoso. Claro que bajo la apariencia de Emilio el Moro estaba Juan Ángel Casado, otro carnavalero como deben ser los carnavaleros: sin prejuicios a la hora de disfrazarse y echarse a la calle.

En fin, ya saben que en carnaval todo pasa… Y en La Solana, mucho más.