El árbitro discute con los futbolistas nada más expulsar a Juli -con el 2 a la espalda-                                                                Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

La Solana: Antonio, Dani, Juli, Diego Sevilla, Sancho, Josema, Juan, Almarcha, Raúl, Mini y Naranjo. En la segunda parte salieron Edu Corrales, José Mari, Candelas y Jesús Bueno.

Miguelturreño: Ruíz Caba, Yoni, Víctor, Custodio, Alberto, Cristiano, Garceso, Luis Manuel, Lope, Peli y Nene. En la reanudación jugaron Jose, Dani, Rubén Escobar, Yoco y Néstor.

Árbitro: Rosado Montero. Muy tarjetero. Mostró once amarillas y una roja directa. Expulsó a Juli, Manolo Sancho y Yoco.

Goles: m.75 Diego Sevilla, en propia meta.

Incidencias: Unos 400 espectadores en La Moheda en tarde soleada. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Juana Antonia Delgado, madre del periodista y socio de honor del club, Paulino Sánchez.

Se acabó. O mejor dicho, se terminó de acabar. El CF La Solana vuelve a fracasar en su enésimo intento de recuperar la 3ª División y el Miguelturreño se ha encargado de acelerar el envío de lo que ya estaba en camino. El 0-1 de este domingo sólo certificó la imposibilidad de superar el listón de las últimas temporadas, terceros. En el mejor de los casos, claro, porque aún queda mecha en la muela.

            Fue un partido extraño, huérfano de fútbol y con lances feos. Entre ellos, el susto que dio Juan mediada la segunda parte. El canterano cayó fulminado tras recibir un golpe involuntario en la cabeza al rebañar un balón, que recordó mucho a la reciente acción de Fernando Torres en Riazor. Todos se lanzaron a él, incluido el ex-árbitro Pino Zamorano, que venía con el equipo visitante, y que maniobró rápidamente sobre la boca del jugador. Salió del campo consciente, aunque conmocionado, y fue evacuado en ambulancia.

Momento en el que el jugador es atendido. Fueron momentos de tensión                                                                                   Foto: GACETA

Juan es retirado con claros signos de conmoción tras el golpe sufrido                                                     Foto: GACETA

            El KO de Juan fue una metáfora del KO del equipo. Y no porque no peleara, qué va. El Miguelturreño vino a hacer su partido y lo hizo. No propuso fútbol, quizás porque mascaba la tensión de lo que puede ganar, y de lo que puede perder, y porque La Moheda impone demasiado respeto. Por eso, Rojas ordenó a los suyos no dar ritmo a La Solana, secar a Mini y Naranjo, frenar la conducción de Almarcha y no dar opción a la inventiva de Raúl, por ejemplo. Hasta el minuto 32 le salió bien. Y después aún mejor, cuando Juli es expulsado por doble amarilla, la segunda por hablar. Antonio José Rosado Montero se pasó tres pueblos y se cargó el partido. Le faltó mano izquierda. Por supuesto, Juli también que tuvo su cuota de culpa. Le insultara o no, hubiera estado mejor calladito.

            La expulsión de Juli, que no es precisamente un cualquiera, rompió el dibujo táctico de Manolo Sancho, ya que obligó a retrasar a Diego Sevilla al eje y restó poderío al medio centro, dejando a Josema solo ante el peligro.

            Así vivió La Solana hasta el final, con enorme dignidad merced un despliegue físico total. Pero faltó fútbol. Mientras el Miguelturreño parecía conformarse descaradamente con el empate y no tenía grietas atrás, los amarillos lo intentaban sin éxito. Algún arranque de Dani por banda, alguna penetración de Mini y poco más. En realidad, lo más difícil que tuvo que hacer Ruíz Caba en todo el partido fue un despeje de puños.

            El pequeño drama de Juan y el gol en propia meta de Diego Sevilla a veinte minutos del final pusieron la puntilla a un equipo sin suerte. Es la primera derrota de La Solana en La Moheda y el primer partido que se queda sin marcar ante su afición. Manolo Sancho llegó a la sala de prensa molesto con el árbitro y consciente de que la suerte está echada. Sin embargo, pide un esfuerzo para mantener la motivación y, a las malas, intentar quedar como mejor tercero. Da una razón: “los jugadores tienen que recordar a qué equipo representan y qué escudo defienden”.