Varios residentes saludan la Navidad junto al Belén y el árbol instalado en el recibidor                                                                                           Foto: GACETA

              Aurelio Maroto

            La Navidad es buen momento para unir y el CADIG ‘El Pilar’ redobla su esfuerzo en ese proyecto de inclusión. La institución ha reunido a toda su comunidad, es decir, familias, trabajadores y, por supuesto, usuarios, en una comida de celebración. Pero no en el centro, sino fuera de él. “Nos dimos cuenta que la gente lo que hace en Navidad es salir, así que decimos salir nosotros también”, declaró a Radio Horizonte la directora, Nuria Cabello.

El año pasado fue la prueba de fuego. Salió bien y decidieron repetir. “Es una fecha ideal para reforzar esa relación familiar porque no todos tienen tanto apoyo familiar; necesitan estos momentos para compartir y celebrar”.

            El CADIG atiende a discapacitados intelectuales de toda Castilla-La Mancha. Muchos familiares viven relativamente lejos y vienen menos. “Estos momentos de celebración siempre les da una oportunidad para venir”, dice la directora, que concede mucha importancia a esa interrelación entre familias. “Que estén juntas este ratito también les sirve de apoyo, ven que las realidades de otros también son difíciles y comparten experiencias”.

            Hay 30 residentes en el CADIG, con dos en el Centro de Día y dos plazas más para el llamado respiro familiar. Nuria Cabello afirma que trabajan muy duro para procurar su normalización en todos los sentidos. “Nos damos un ocho de nota, pero nunca un diez porque siempre hay cosas que mejorar. Somos exigentes”. “Podemos hacer más por ellos”.

            Cada año surgen proyectos nuevos y uno de ellos busca asentarse más y mejor en la sociedad solanera. No son pocas las actividades que realizan. El CADIG participa en el carnaval, tiene asiento en el Consejo Local de la Capacidad y los usuarios se dejan ver en muchos actos sociales de la ciudad, incluso han comenzado un programa de radio en la emisora municipal.

“El camino de la felicidad tiene muchas pequeñas metas y una de ellas es que nos conozcan más”. Cree que hay un déficit a la hora de saber quiénes son y qué hacen realmente. “Participan los residentes más autónomos pero aquí hay gente con más necesidad de apoyo”. El desafío es que todos tengan su cuota de protagonismo. “Queremos dedicar 2017 a abrir nuestras puertas. Que nadie nos tenga miedo, somos receptivos a cualquier actividad y tenemos muchas cosas que aportar”. Apuestan porque el próximo año confirme el asentamiento definitivo del CADIG en la raíz de La Solana. “Venimos de años muy complicados, en las que sólo hemos hablado de dinero y aquí hay mucha calidad humana, tenemos mucho para dar”.