Florencio Rodríguez -izada- y Juan José D-Bernardos durante la asamblea               Foto: GACETA

         Aurelio Maroto

         ASAJA ve luces y sombras en la reforma de la PAC. Por un lado, cree que gana la agricultura activa, pero que la convergencia se ha aplicado de forma suave. En cualquier caso, el secretario provincial, Florencio Rodríguez, tiene claro que las ayudas deben ir a los profesionales que trabajan realmente en el campo.

         Rodríguez presidió la asamblea general convocada por la organización agraria en La Solana, que reunió a casi un centenar de afiliados en el auditorio del Palacio Don Diego. Se habló sobre reestructuración del viñedo y la nueva normativa en la aplicación de fitosanitarios y condicionalidad, pero la Política Agraria Común marcó el paso durante el cónclave.

Antes de iniciarse, el secretario provincial y el presidente local atendieron a la prensa. Juan José Díaz de los Bernardos justificó el retraso de la asamblea hasta conocer el resultado de la conferencia de consejeros de Agricultura de este martes en Madrid. Entre otras cosas, recordó que desde el uno de enero todas las explotaciones mayores de cinco hectáreas de viña, olivar y hortícola necesitan el asesoramiento de un técnico y un control de los fitosanitarios.

Florencio Rodríguez se centró en la PAC. Le ve cosas buenas y menos buenas. Entre las buenas, considera que el sector ha ganado una posición importante apoyando la agricultura activa. “Es importante esa discriminación positiva al agricultor profesional activo”. Además, también aplaude que vayan a mejorar los presupuestos en programas de desarrollo rural.

Sin embargo, sabían que no iba a ser igual para todos y afectaría de forma desigual a las distintas explotaciones. “El criterio de convergencia permitía acercar las ayudas de los agricultores aumentando en las explotaciones más pequeñas”. El dirigente agrario sostiene que esta convergencia se ha aplicado “de forma suave”, de modo que “nos favorece algo pero no en la medida que queríamos, de ahí nuestras discrepancias”.

En cuanto a la falta de consenso entre las propias organizaciones agrarias, Rodríguez explicó que ASAJA tiene clara su postura y no entra en las demás. Pero sí aclaró que las ayudas deben ir a los profesionales, “ese dinero debe ir a quien trabaja en el campo, crea empleo y actividad económica”.