Fue el Miguelturreño quien se subio a la chepa amarilla            Foto: Sebas Candelas

     Aurelio Maroto

La Solana: Toni Huertas, Juli, Juanma, Capelo, Diego Sevilla, Michel, Tore, Almarcha, Jesús Bueno, Naranjo e Inti. En la reanudación salieron Jose López, Pitu y Mini.

Miguelturreño: Sergio, López, Cañi, Buda, Jesús, Adrián, Calahorra, Jaime, Dani, chelo y Alberto. También jugaron César, Alfonso, Tomás, Álvaro y Yoko.

Árbitro: Bustos de Lamo. Muy impreciso. Aplicó mal la ley de la ventaja. Amonstó a los locales Inti y Pitu y a los visitantes Adrián y López.

Goles: 1-0 m.1 Tore

1-1       m.84 Alberto

Incidencias: Cerca de 500 espectadores en La Moheda. Césped natural pesado e irregular.

Comentario: Tore está de dulce y aquello que toca lo convierte en oro. Llevábamos 30 segundos cuando una especie de centro chut diabólico acabó dentro. Siete días antes había hecho algo parecido contra el Tomelloso. Pero esta vez no fue suficiente. La flor de Tore no basta. Hace falta mucho más para ganar y convencer. Ayer, La Solana no hizo ni una cosa ni otra.

         El Miguelturreño pescó casi al final un punto que mereció a todas luces, simplemente porque fue mejor. Salvo arreones, los churriegos propusieron un fútbol de elaboración más fino, aunque su gran virtud radicó en la solidaridad como equipo. Hay que estar muy bien física y mentalmente para aguantar todo el partido sosteniendo una línea de presión tan arriba y tan intensa. La pizarra de Rojas ahogó literalmente la salida de balón amarilla, que volvió a exhibir un enorme problema en la creación.

         Con todo, la puesta en escena local fue casi perfecta. Al gol de Tore se unió un testarazo franco de Jesús Bueno que se escapó por poco y un disparo a la media vuelta de Naranjo que rozó el palo diestro de Sergio. Sin embargo, el Miguelturreño comenzó a ocupar mejor los espacios y logró que fuera La Solana quien corriera tras el balón. Los blancos volcaron su munición por el costado zurdo, buscando la inspiración de Alberto, al que venía a ayudar Dani, con Jaime como pretoriano por detrás. Pero se toparon con un inmenso Juanma, que aburrió a todos bien ayudado por Michel. Atrás, Juli y Diego Sevilla se mostraban rocosos mientras Inti, por la otra banda, era el más clarividente en las incorporaciones arriba. La pega es que algo no funciona bien cuando quienes brillan son los defensas.

         En la zona ancha, Almarcha apenas tuvo contacto con el balón y Jesús Bueno careció del mando que suele ejercer. Naturalmente, el trabajo de atosigamiento visitante unido al mal estado del césped, ayudaron a la parálisis amarilla. Una vez más, tal escenario dejó huérfano a Naranjo, que volvió a pelear como un jabato sólo contra toda la defensa.

         A los 39 minutos se produjo una jugada que pudo resultar clave. Naranjo es objeto de falta clara y el balón queda en pies de Capelo sólo ante Sergio. Bustos de Lamo se precipita y no otorga ley de la ventaja. Nunca sabremos si Capelo hubiera convertido el 2-0, pero papeletas tenía muchas.

         El descanso no depsejó las atascadas neuronas amarillas. Antes al contrario, el Miguelturreño apretó un poco más y comenzó a poner en jaque la meta de Toni Huertas. Nuevamente se concedieron demasiadas faltas laterales, de las cuales dos acabaron en el travesaño y el poste, por mediación de Dani y Jaime, respectivamente. Entre tanto, ni la salida de Pitu como refresco atacante, ni de Jose López como soporte en el pivote defensivo ofrecieron resultados. A siete minutos del final, un ataque de tiralíneas termina con el gol de Alberto. Es el segundo año consecutivo que el menudo volante churriego la lía en La Moheda.

         Al término del encuentro, Juan de Lara admitía que el empate es un revés en la reacción que estaba mostrando el equipo, “nos ha pillado cuando empezábamos a recuperar esa confianza que habíamos perdido”. Cuestionado sobre las posibilidades de acabar entre los dos primeros, habida cuenta de las dudas que últimamente muestra el equipo, el técnico solanero fue lacónico: “creía, creo y creeré en ellas”.