Jesús en la borriquilla, a su paso por Santa Catalina             Foto: GACETA

         Paulino Sánchez

Las palmas y las ramas de olivo, junto a Jesús en la borriquilla, fueron los protagonistas de un Domingo de Ramos en La Solana, donde la climatología acompañó en la celebración de la primera procesión de la Semana Santa solanera.

En primer lugar se bendijeron las palmas y los ramos en el altar de la Virgen, junto a la plaza de toros, y seguidamente comenzó el traslado procesional hasta la Iglesia de Santa María. Posteriormente, se celebró la bendición en la capilla del Cristo del Amor, partiendo los asistentes en desfile litúrgico hacia la parroquia de Santa Catalina.

La tercera bendición de palmas y ramos se celebró en la explanada de la ermita de Santa Quiteria, con recorrido hasta la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción, donde se ofició la solemne función de palmas por el párroco de ese templo, Óscar Casas. Finalizada la misa, se organizó el desfile procesional que encabezaba la cruz parroquial y los ciriales, seguidos por la Agrupación Musical de San Sebastián, con su uniforme de gala de la Guardia Civil.

             Las palmas abundaron un año más en la procesión de Ramos                 Foto: GACETA

El estandarte de la Junta de Hermandades de Pasión abría el paso de las dos filas de fieles que acompañaban con palmas y ramos de olivo. Precedían al paso niños con túnicas de esclavos y las figuras vivientes de la Magdalena, la Verónica y la Samaritana. Jesús en la borriquilla desfiló adornado con numerosas flores, y detrás el párroco Óscar Casas, al que acompañaban las presidentas y presidentes de la cofradías y hermandades de Pasión. La representación municipal la encabezada el primer teniente de alcalde, Ramón Gallego Castaño, acompañado por concejales de los grupos popular y socialista.

Mucho público presenció el desfile procesional en diversos puntos del recorrido, pero sobre todo en la Plaza Mayor, con lanzamiento de claveles al paso desde algunos balcones del itinerario. Y como es costumbre, la imagen se detuvo ante la celosía del convento de las Monjas Dominicas. Por último, cabe destacar un dato relacionado con la histórica santiaguista solanera, porque los numerosos monaguillos que acompañaron en los cultos y en la procesión portaban sobre la túnica, en el pecho, una cruz de Santiago hecha de madera.