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La ciudad

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       Tractores en la Puerta de Alcalá                                    Foto: RTVE

        Aurelio Maroto

       Con sensaciones agridulces. Así terminaron los agricultores solaneros desplazados este miércoles a Madrid. Llegaron para apoyar una concentración histórica, ya que la imagen de tractores llenando las inmediaciones de la Puerta de Alcalá, en el corazón de la capital, es tan llamativa como inédita. No menos de 200 profesionales del campo llegaron desde La Solana, respondiendo a la llamada de Unión de Uniones. Una vez más, las organizaciones agrarias tradicionales iban por otro lado, o viceversa, y se manifestaban en distintos puntos del país, por ejemplo en varios en claves de la provincia de Ciudad Real.

El Centro Independiente de Agricultores y Ganaderos (CIAG) secundó la convocatoria de Unión de Uniones. “Hubo una respuesta espectacular porque nunca se habían visto tantos tractores en Madrid, pero fue una vergüenza dejar a trescientos compañeros encerrados en un desguace”, ha dicho el presidente de CIAG, Casto García-Cervigón, en declaraciones a Radio Horizonte. Allí había dos agricultores solaneros, Gabriel García y Enrique Mateos-Aparicio, a los que expresó su solidaridad.

       A pesar de tener las autorizaciones, lamenta que se limitara la entrada de vehículos. Una circunstancia que se unió a una actitud agresiva de las fuerzas de seguridad, según denuncia: “Todo el pueblo de Madrid aplaudía, pero la cantidad de palos que dieron fue enorme”. “Un compañero de La Solana probó en carne propia los palos”. Casto García-Cervigón asegura que nunca vio nada igual. “Voy a manifestaciones desde los catorce años y nunca he visto un despliegue policial así”. “A los guardias civiles los dejan que se los carguen los narcos y aquí se ve que estaban todos”. “Eso lo veo fatal”.

El presidente de CIAG es consciente de que Unión de Uniones no tiene interlocución oficial con el Gobierno, y que no tener una voz común a nivel nacional es un síntoma de debilidad. Pero cree que lo visto ayer en Madrid es muy potente: “Muy ciegos tienen que estar nuestros políticos para no ver lo que pasa”. “Si el ministro sigue erre que erre con su inversión en las organizaciones agrarias y no querer saber nada del resto…”. “La gente está harta de mentiras, porque en las mesas pasa una cosa y luego se dice otra en las asambleas”.

En este sentido, defiende que la verdadera fuerza del campo estaba ayer en la capital: “La unión estaba a ayer en Madrid, no en juntarnos treinta o cuarenta trabajadores y otros treinta o cuarenta familiares”. “Yo tengo una reflexión muy clara, y es que la campo no se le quiere, solo quieren a unas personas desapegadas al campo, pero tienen que escuchar a los que vamos montados en el tractor”.

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