Sancho, en un partido de esta temporada                                                                                                                                           Foto: GACETA

           Aurelio Maroto

            La baja voluntaria de Sancho ha sacudido los cimientos del CF La Solana, Su marcha ha pillado por sorpresa a mucha gente, sobre todo al grueso de la afición, aunque quizás no tanto a su entorno más cercano, incluidos compañeros de vestuario. El martes por la noche saltó la noticia una vez que el jugador lo había comunicado al presidente, Pablo Díaz-Malaguilla, y al propio equipo. Pero no a su entrenador, Luismi, que se enteró por terceros de que su capitán había hecho las maletas.

            El jugador se reunió el miércoles con toda la Junta Directiva para dar explicaciones oficiales y el club hizo público un comunicado de prensa a última hora de la noche confirmando a la vez que lamentando la baja. El club le agradece “su comportamiento ejemplar y su dedicación” y le desea la mejor de las suertes. En ese escrito se indica que el futbolista expuso los motivos de su marcha, pero sin aclarar cuáles.

Fue a mediodía de este jueves cuando Sancho habló públicamente en una entrevista concedida a la emisora municipal, Radio Horizonte. En primer lugar, admitió sin tapujos la razón principal de su marcha: Luismi. “No estaba a gusto y he decidido, quizás egoístamente, dejar el equipo”, aunque negó que haya tenido disputas fuertes o salidas de tono con el técnico salmantino. “No son discusiones sino cosas que pasan en el día a día, que te hacen ver ciertas cosas”. “No digo que tenga yo razón en todo, es algo que viene de tiempo atrás”. Tampoco se considera maltratado. “No he sido maltratado por nadie, simplemente no comparto ciertas cosas que él tiene, y aún sintiendo lo que siento por el fútbol y por este equipo he decidido dejarlo, con dolor de mi alma”.

A pesar de la insistencia periodística, Sancho evitó profundizar en sus discrepancias personales con el entrenador. “No quiero entrar en polémicas sobre lo que me gusta o no me gusta de Luismi, cada maestrillo tiene su librillo, a mí me pueden gustar unas cosas y otras no, pero eso es una opinión personal, simplemente no estaba a gusto”. En todo caso, el tema viene de lejos. “Dudé mucho continuar este verano y decidí seguir esperando que la cosa mejorara, pero no ha sido así”.

Cuestionado por el conocido fuerte carácter de Luismi como entrenador, también escurrió la polémica. “Puede ser difícil su carácter como lo puede ser el mío; cada cual tiene su manera de ser y hay gente que es así para siempre, tanto él como yo u otras personas, pero no quiero entrar en eso”.

La marcha de Sancho coincide con un partido ausente por enfermedad frente al At. Ibañés y la suplencia del domingo ante el At. Puertollano. Insiste en que es un hecho casual “La gente que de verdad me conoce sabe que eso no me ha hecho tomar esta decisión”. Y también se da la circunstancia de que este domingo hay un central sancionado, Diego Sevilla, para el trascendental partido en Valdepeñas. “Era algo que ya tenía decidido y que cuanto antes mejor; mi intención no era perjudicar al equipo en ningún caso”.

Sancho se ha marchado sin despedirse de Luismi, el entrenador que lo mantuvo como primer capitán. Todo un ejemplo de su absoluta falta de feeling con él, que para muchos puede constituir un desplante, una descortesía, o ambas cosas. “No he hablado con Luismi y no creo que le haya pillado de sorpresa”, advierte. En este sentido, reconoce que “no sé si lo he hecho acertadamente o equivocadamente; he hablado con quien he creído conveniente, la directiva y los compañeros”. El veterano central afirma que ha intentado ser honesto con el equipo y con él mismo. “Estaba comprometido con el club muchos años atrás intentando conseguir el ascenso y más que me duele a mí no le duele a nadie”.

Ahora mismo no sabe cuál será su futuro como jugador. “Quizás sea el momento de mi retirada”, manifestó, aunque  dejó una puerta abierta a seguir, bien en activo o como futuro entrenador. Ahora intentará animar como un aficionado más. “Tengo ahí dentro una gran cantidad de amigos y ojalá y el equipo pudiera ascender”. “Espero que la afición esté con ellos porque estoy seguro que lo darán todo para conseguirlo”.