Público asistente a la cata que maridó cortos y vino                                                                                                                                          Foto: GACETA

               Aurelio Maroto

            Una de las grandes singularidades del Festival de Cine y Vino ‘Ciudad de La Solana’ es la unión de ambos elementos, el séptimo arte y la llamada cultura del vino. Y dentro de esa especificidad tiene sitio una cata comentada ciertamente única que marida ambas cosas. Este año, segunda experiencia en la sala de catas de La Casota Gourmet, que se llenó a rebosar para la ocasión. “Como quiera que el vino es cultura en sí, no tenemos ningún problema en maridarlo con cualquier otro arte”, declaró Juanjo Mazuecos, responsable de comunicación de la DO La Mancha.

Junto a Saray Marco, auditora del Consejo Regulador, condujeron esta particular experiencia. “Hemos introducido vinos de la nueva añada por las características de estos cortos, más un reserva para la historia del segundo cortometraje”, dijo.

            Para el primer corto, titulado Hubo un lugar, los enólogos eligieron un blanco airén joven y un tinto tempranillo, también joven, aunque Mazuecos aclaró que todo es opinable. “Los criterios son muy subjetivos igual que una película, que puede gustar a cada espectador de forma distinta”. Pero en este caso se eligió el blanco joven para congeniar con la fotografía del corto, muy fresca, y el tinto algo más áspero en boca para los momentos más duros de la cinta. En cuanto al corto The same life, que narra la historia de un anciano en sus últimos días que ‘vuelve’ a la niñez, se cató un rosado, para la parte más vital de la película, y tintos reservas para los momentos más dramáticos, y también más tiernos.

Los enólogos de la DO durante la cata                                                                                                        Foto: GACETA

            “Intentamos la forma más fácil de maridar con escenas concretas”. Juanjo Mazuecos piensa que un vino es como una película en su evolución. “La puedes ver meses después y la sensación será distinta”.

            Testigos de excepción de la cata fueron los actores principales de ambos cortometrajes, Juan Antonio Quintana por The same life y Samuel Galiardo por Hubo un lugar.