Once titular que La Solana presentó frente al Tobarra                                                                                               Foto: Agustín Losa

       Aurelio Maroto

La Solana: Seve, Juli, Juanma, Diego Sevilla, Jose López, Almarcha, Michel, Maikel, Pitu, Jesús Bueno y Manuel. En la segunda parte salieron Chule, Raúl y Tore.

Tobarra: Pollo, Neker, Rigo, Navero, Navarro, Cagón, Francisco, Pájaro, Eloy y García. En la reanudación salieron, Agustín, Francisco, Ruíz, Jose y Jesús.

Árbitro: López Sánchez. Buena actuación.

Goles: 0-1 m.47 Pájaro.

1-1           m.56 Míchel.

Incidencias: Tarde nublada y fría en La Moheda. Unos 250 espectadores, la entrada más floja en lo que va de temporada.

Comentario: Nada está perdido, pero menos aún está ganado. La Solana tenía que superar al Tobarra y no lo hizo. El 1-1 final estira a At. Tomelloso y Carrión en los dos puestos que tienen premio y reducen el margen de error amarillo a la mínima expresión. Y menos mal, porque los albaceteños, que aterrizaban en La Moheda lanzados, acariciaron el triunfo en la segunda mitad.

            No es que La Solana hiciera un mal partido. Tuvo empuje, buena intención y retazos, sólo retazos, de buen fútbol. Pero le faltó presencia arriba y una dosis más de creación en el aderezo. Además, se encontró con un Tobarra muy serio, aguerrido en la porfía y valiente en su dibujo táctico, al que faltó puntería para incendiar La Moheda.

            Ángel Izquierdo cambió de sistema, seguramente en busca de un cambio en el insulso y perezoso fútbol que el equipo estaba exhibiendo ante su afición. Salió con tres centrales, Diego Sevilla, Juli y Juanma, y dos carrileros totales, Manuel y Maikel, dos chavales con desparpajo y velocidad y a pierna natural. En el medio, rombo clásico con José López, Michel, Jesús Bueno y Almarcha. La referencia arriba era Pitu. Con Sancho y Capelo KO, y Chule y Raúl en el banco a medio gas, el técnico no tenía mucho más donde elegir.

            Pronto se vio cómo el Tobarra llegó con respeto, pero también con arrojo, tirando la presión muy arriba. Eso dificultó mucho la conexión de Jesús Bueno con la pelota en posiciones de pase. Jose López, de nuevo enorme en el despliegue físico, se echó el equipo encima y apareció en casi todas. Por banda, Manuel arrancó siempre que pudo, al igual que el debutante Maikel, aunque un poco más enfrascado en ayudas defensivas.

            La arriesgada línea defensiva del Tobarra no fue bien interpretada. Se trataba de machacar con envíos largos buscando la espalda. Cuando Jesús Bueno lo hizo llegó una ocasión para Maikel, que en una buena ruptura por el centro encaró a Pollo, sin éxito. Se pidió penalti por un supuesto agarrón. Otra acción clara llegó en el minuto 37 merced a una gran jugada de Manuel por su costado zurdo, pero su disparo lo repelió Pollo en una gran parada.

            Los mismos intérpretes comenzaron la segunda parte, con la diferencia de que el Tobarra golpeó pronto. Un doble mal despeje de Juanma, que sufrió mucho por su banda, propició una buena jugada visitante dentro del área, que Pájaro concluyó con un zapatazo a quemarropa delante de Seve. Lo mejor que hizo La Solana en todo el partido fue responder al revés. Sólo 9 minutos después, Michel culminó una rápida acción por el costado derecho.

            Sin embargo, los amarillos no aprovecharon el tirón psicológico del rápido empate. El encuentro regresó al punto de equilibrio, con tuyas-mías constantes sin gran sustancia futbolística. El técnico tobarreño movió bastante su banquillo, tal vez para mantener el exigente tono físico de su equipo, y Ángel Izquierdo hizo lo propio dando entrada a Raúl y a Chule, dos teóricos titulares. Pero no surtió mucho efecto. Es más, el Tobarra tuvo dos muy claras al filo de la media hora, un cabezazo franco de Eloy y un trallazo de Pájaro que escupió el travesaño. La réplica local llegaba en balones a la olla en busca de algún rechace o segunda jugada, pero sin fortuna.

            Al final, tablas en un partido marcado por la pelea y el desgaste de dos equipos que intentan agarrarse al vagón del ascenso. Un empate que, probablemente, no sirve a ninguno.