La Plaza Mayor se convirtió en un mar de motos                                            Foto: GACETA

          Paulino Sánchez

      Más de doscientos moteros se dieron cita en el II Moto Almuerzo organizado por Bar El Irlandés. Los participantes realizaron un circuito con visita a las Lagunas de Ruidera, seguido por un recorrido urbano por las calles solaneras, y finalmente una concentración en el entorno de la Plaza Mayor y Don Diego. Allí, mientras las máquinas llenaban y adornaban el entorno, los moteros repusieron fuerzas con una comida típica de la tierra a base de gachas y duelos y quebrantos.

      El organizador de este almuerzo es el propietario del Bar El Irlandés, Pedro Cañadas, quien recordó a la prensa que ya el año anterior celebraron una concentración similar. Como quiera que se dio bastante bien, decididon repetirla, habiendo superando este año el número de participantes.

      A las 9 de la mañana se comenzaron a concentrar las primeras motos, hasta un número de 150, a las que se unieron otros dos grupos de 30 y 20 moteros, respectivamente, que inicialmente no estaban inscritos. Tras el viaje por Ruidera y el pasacalles por La Solana llegaba la concentración en torno a las plazas céntricas, donde se encuentra el bar anfitrión. Allí, por los 7 euros que importa la inscripción, se ofrecía a los participantes una consumición típica de gachas y duelos y quebrantos, así como dos consumiciones de bebida.

Las máquinas levantaron una gran expectación                                          Foto:GACETA

      Pedro Cañadas admitió que ante la gran participación habían tenido que montar una serie de mesas fuera del local, aprovechando el día soleado y agradable. Ese éxito de la concentración les anima a realizar más actividades, incluso con moteros llegados del extranjero.

     Fueron muchos los viandantes que pudieron admirar las motos estacionadas en las plazas y calles céntricas de la ciudad. Los participantes, entre los que se encontraban más de 40 solaneros, además de lo ofrecido por los organizadores en materia gastronómica, también pudieron degustar las tapas preparadas por la hostelería de la zona al coincidir con la II Ruta de la Brocheta y el Puchero.