
Naranjo marcó dos goles. Aquí le vemos haciendo el 1-2 Foto: Sebas Candelas
Aurelio Maroto
La Solana: Toni Huertas, Michel, Sancho, Diego Sevilla, Jose López, Mini, Tore, Néstor, Jesús Bueno, Naranjo y Matías.
Criptanense: Dani, Álvaro, Abel, Rafi, Jorge Menéndez, Mario Sánchez, Lara, Dani Gómez, Juanki, Diego Ramos y Ballesteros.
Árbitro: Monasor Blesa. Amonestó a los locales Michel, Mini, Diego Sevilla, Capelo y Almarcha, y a los visitantes Álvaro, Ballesteros y Jorge Menéndez.
Goles: 0-1 m.13 Dani Gómez
0-2 m.18 Álvaro
1-2 m.44 Naranjo
2-2 m.46 Tore
2-3 m.47 Dani Gómez
3-3 m.50 Naranjo
Incidencias: Tarde primaveral en La Moheda. Unos 350 espectadores.
Comentario: El proyecto amarillo está dando serios síntomas de agotamiento. El equipo continúa sin carburar, recibe goles como rosquillos y sólo se activa a golpe de orgullo, cuando se siente desnudo tras haberle zurrado. O sea, el típico caso del púgil abúlico que responde sólo cuando le tocan las narices. Así es el CF La Solana desde hace, no semanas, sino meses. Cualquiera que lo quiera ver, comprobará que es un vagabundo que languidece cada domingo un poco más.
Ayer, el Criptanenses no incendió La Moheda de milagro. Se puso 0-2 a los veinte minutos de juego, y sin despeinarse. Primero, un robo de cartera a la espalda, una segunda jugada, y gol. Después, una falta lateral al palo largo, y gol. Nada nuevo últimamente. Y, claro, ante el bochorno los muchachos se revuelven. Aprietan con bastante desorden, pero con el suficiente ímpetu como para llamar a la puerta del meta visitante, hasta ese momento un espectador más. En ese toque de corneta aparece Néstor, que se convierte en el único capaz de bajar el balón, conducir y dibujar algún pase de mérito. Pero hubo que esperar al minuto 44 para que Naranjo acortara distancias con un gol que, en ese instante, La Solana sí merecía.
Al descanso, salida en tromba amarilla que sorprende a propios y extraños y Tore, a regalo blanquinegro, pone el empate. La afición, siempre esperando un guiño de de complicidad de su díscolo nene, vuelve a despertar. Pero otro agujero de circo permite al Criptanense hacer el tercero, cosa que arregla Naranjo, siempre inquieto, con el segundo empate en apenas cuatro minutos.
En ese momento, los molineros dudan, se asustan y dejan hacer a La Solana. Quedaba un mundo y el cuarto de los locales parecía cuestión de tiempo. Juan de Lara movió el banquillo dando entrada a Juli y Almarcha para rearmar la defensa y dar empuje en tres cuartos. Pareció funcionar y el juego se hizo más dinámico. Néstor tuvo el gol a la media hora, pero su disparo franco se fue arriba. Entonces, el colombiano fue retirado en una decisión como mínimo discutida. Entró Pitu, pero lo que necesitaba La Solana era atacar desde la elaboración y el desborde, no desde la andanada directa, donde la defensa visitante se sentía más cómoda. El caso es que el partido se convirtió en un tuya-mía, una ruleta rusa sin final seguro. El Criptanense tuvo varias ocasiones muy claras, y La Solana también alguna. En esa refriega, no ganó nadie, porque a nadie sirve este puntito. Sobre todo a los solaneros, que continúan su proceso de autodestrucción.