
Ángel Izquierdo y Juan de Lara terminaron contentos en Miguelturra Foto: GACETA
Aurelio Maroto
Las pretemporadas son sólo eso, pretemporadas. Aunque las sensaciones cuentan y los resultados animan, no suman puntos. En la liga todos empiezan de cero y el CF La Solana ya tiene tres en su casillero, demostrando que la competición es lo que importa. Ayer domingo venció en Miguelturra (2-3) y echó despejó cualquier duda sobre su solvencia tras un verano inquietante.
El fútbol está lleno de casos así. La Solana comenzó la competición arreando y demostró que tiene cosas que decir. Además, ganó con autoridad, fue mejor que su rival y se mantuvo en pie cuarenta y cinco minutos tras la expulsión de Almarcha.
Juan de Lara utilizó un once tipo, pero con alguna sorpresa táctica. Prefirió el toque al músculo y confió la batuta a Jesús Bueno, pletórico como medio centro, sentando a Michel a pesar de la ausencia de Jose López. Con Néstor tirado a banda y con poca presencia en el juego, Almarcha se echó el equipo encima en el trabajo de media punta. Su aportación hasta que fue expulsado resultó enorme, dando juego a Capelo y Pitu. El delantero golpeó a la media hora con un derechazo cruzado, poniendo el 0-1.
La Solana era mejor en el manejo y en las sensaciones. Era más equipo, en suma. El empate llegó en un error de comunicación entre Juli y Toni Huertas. El defensa peinó una falta con mala sombra y marcó en propia meta.
En la reanudación, Capelo demostró su maestría a balón parado y marcó de saque de esquina directo. Gol olímpico con la inestimable ayuda de la defensa churriega, que se tragó el balón. Todo parecía encarrilado, pero Almarcha fue expulsado de forma extremadamente rigurosa. Quedaba por delante toda la segunda mitad. Juan de Lara movió el banquillo rápido y con inteligencia. Oxigenó la banda derecha con Mini, que fue un puñal, reforzando el carril con Palacios y el medio campo con Juanma, jugador muy físico. Después saldría Tore, decisivo en el 1-3.
La Solana aguantó con oficio, demostrando su fondo de armario, y con la pizca de fortuna que se necesita en estos casos, porque el Miguelturreño gozó de alguna ocasión. Pero no hubiera sido justo nada más allá del triunfo amarillo.
Al término del encuentro, Juan de Lara estaba feliz. Sabía que la liga sería diferencia y no se equivocó. Pero evita echar las campanas al vuelo. Sólo ha sido una victoria. El entrenador sólo tiene entre ceja y ceja un nombre: Almagro CF.