Gabriel Onsurbe -izda- ha terminado plenamente satisfecho con la ruta    Foto: GACETA (archivo)

        Aurelio Maroto

         Contentos y convidados para el año que viene. Así han terminado los hosteleros adheridos a la II Ruta de Tapas. Les ha ido bien, incluso mejor que el año pasado. Los hay que han vendido un 50 por ciento más, como Gabriel Onsurbe, propietario de El Rincón del Cine. Otro clásico como Alfonso Ortiz, que regenta Bar Alfonso, no ha dudado en calificar de “fabuloso” el rendimiento.

Fuera de la plaza también hay satisfacción, como el caso del Barkillero. Sebas Galindo afirma que gracias a la ruta “la gente se mueve, busca y pide la tapa”. Por cierto, al preguntarle sobre el nombre de dudoso gusto de una tapa que, entre otras cosas, aludía indirectamente a su bar, prefirió ser lacónico y elegante a partes iguales “aludido sí, ofendido no; es gracioso”.

Esta segunda edición ha repartido en torno a 20.000 tapas, según Gabriel Onsurbe, su promotor. Después de hablar con varios de sus colegas, llega a la conclusión de que todos “han funcionado más o menos bien”. En la plaza se ha notado el mercado medieval el primer fin de semana, sobre todo el viernes por la noche. Alfonso debutaba este año y no ha podido acabar más contento “hubo momentos que me quedé sin género; para mí ha sido un éxito total”. El Barkillero ofrecía una ruta dentro de la ruta “teníamos cinco tapas diferentes y muchos las han pedido; hemos trabajado bien”.

En efecto, hubo bares que agotaron las tapas antes de acabar el día, sin duda desbordados por unas ventas que no siempre esperan “haces un cálculo pero nunca sabes exactamente lo que puedes vender”. Además, el recorrido lo han hecho clientes de todas las edades “hemos vendido tapas a chavales de 18 años y a mayores de 70 u 80”. También ha venido gente de fuera bajo el reclamo de la ruta.

Eso sí, hay coincidencia en que las fechas deben cambiar. Gabriel Onsurbe cree que la ruta debe hacerse entre carnaval y Semana Santa. La razón es simple “son cuarenta días que el ambiente está muerto y hay que sacar a la gente”. En cualquier caso, no son partidarios de que la ruta de tapas coincida con ningún evento, el que sea “el mercado medieval nos ha venido bien, pero ahí la venta está asegurada”.

Queda saber quién será el afortunado con el viaje a sortear. Hay una urna en la Oficina de Turismo donde pueden depositar sus guías aquellos que hayan sellado al menos doce tapas.