
Dulce Rodríguez -izda- junto a Mª Eugenia D-Malaguilla y María Pérez Foto: GACETA
Paulino Sánchez
Continuando con las mesas de debate que organiza la Asamblea Local de Izquierda Unida se ha celebrado una dedicada a las mujeres republicanas, en la que intervino la activista andaluza Dulce Rodríguez García, quien analizó el momento que se vive y la necesidad de la instauración de la III República. Según ella, es la única manera de llegar a un verdadero estado democrático.
La presentación corrió a cargo de la militante local María Eugenia Díaz Malaguilla, quien se refirió en su presentación al maridaje entre mujer y República y la situación que se está provocando con los escándalos de la Casa Real, por lo que desde la asamblea local habían considerado conveniente tocar este tema, además coincidiendo con las fechas de la proclamación de la II República española.
Por su parte, Dulce Rodríguez, que es cofundadora de la Plataforma Cordobesa contra la violencia hacia las mujeres, habló de la difícil situación que se vive en la actualidad y cómo, en su día, el Partido Comunista apostó por la actual Constitución, dejando muchas cosas atrás. No obstante, dijo que en la actualidad la Constitución no se cumple, ya que no garantiza ni una vivienda digna, ni el derecho al trabajo, ni las propias libertades "nada de lo que dice se está cumpliendo, porque se cambió por las dos fuerzas políticas mayoritarias en menos de una semana". Rodríguez añadió que desde IU apuestan por una República participativa, con separación real del Estado y de la Iglesia, priorizando la sanidad, la educación y los servicios sociales "donde el centro sea la persona y no el gran capital", añadiendo que tiene esperanza de que, si no ella, al menos sus hijas puedan vivirla. También aludió a los muchos problemas que tiene Castilla-La Mancha con los numerosos recortes que se están realizando y mientras tanto -añadía- "hay quien asiste a un Consejo de Gobierno con una botella de agua de diez euros al lado".
Por último, señaló que el 80 por ciento de los más de seis millones de parados son mujeres y gente joven, abogando porque las mujeres jueguen un papel importante en la venida de la III República, como ya ocurrió con la segunda, aunque reconocía que las mujeres lo tienen muy difícil en todos los campos, pues tienen en contra al patriarcado y al capital.