
El padre trinitario Sergio, en el centro, presidió la última misa del triduo Foto: GACETA
Gabriel Jaime
Los actos organizados por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Rescatado por el cuarto centenario de la muerte de San Juan Bautista concluyeron con la presencia del padre trinitario Sergio que presidió la última misa del triduo. El fraile del convento de Valdepeñas, destacó la labor que realizó el fundador de la parroquia de su mismo nombre hace más de cuatrocientos años, asegurando que la llama que encendió entonces sigue viva en la actualidad.
Durante su intervención en la homilía, el padre Sergio calificó a San Juan Bautista de la Concepción como un renovador de su tiempo que vio el amor de Dios, indicando que el amor supera cualquier tipo de dificultades. El religioso señaló que fue todo un ejemplo de entrega y renovación.
El fraile trinitario quiso recordar el testimonio de vida y de fe que dejó San Juan Bautista, fundador del convento solanero que en la actualidad es la parroquia de su mismo nombre. Rememoró todo lo que hizo el santo especialmente en La Solana, añadiendo que esa llama de amor a la trinidad que encendió entonces, todavía sigue viva en esta parroquia como lo demuestra la gran devoción hacia él y hacia Jesús Rescatado.
El padre Sergio se mostró muy contento y agradecido por participar en estas actividades en honor a San Juan Bautista al conmemorarse el cuarto centenario de su muerte, recordando que la orden trinitaria está viviendo el año jubilar por este motivo.
La función religiosa llenó de fieles el templo, como en los días precedentes, contando con la colaboración del párroco Manuel Infante en la eucaristía.