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Copia de FS La Solana jugada

El FS La Solana perdió con polémica en Olías del Rey                                             Foto: GACETA

     Aurelio Maroto

    Sin liderato y cosido a expulsiones. Así regresó el FS La Solana de su viaje a Olías del Rey. Perdió 3-1 y con ello se vieron apeados del primer puesto de la clasificación, que ahora ostenta el Salesianos Ciudad Real. Los toledanos llegaron a ponerse 2-0, y aunque Pollo acortó distancias, la táctica de portero-jugador de Jose Casado no salió bien y llegó el tercero, provocando la segunda derrota consecutiva de los amarillos, que han pasado de alcanzar el título simbólico de "campeón de invierno" al cuarto puesto de una tacada.

     Hasta ahí, todo normal. Es más, el técnico solanero no pone reparos a la derrota en la pista. Lo que sí ha indignado a la expidición amarilla es la actuación arbitral, que literalmente masacró a los visitantes con 11 tarjetas, por sólo dos para los locales. Esas 11 amonestaciones incluyeron cuatro expulsiones, a saber, los jugadores Nillo y Joaquín, el entrenador Jose Casado y su ayudante Nete. En declaraciones a Radio Horizotne-La Solana, Casado fue claro "no entiendo una actuación así en un partido que fue limpio". Reconoce que la expulsión del canterano Nillo, tal vez el jugador más talentoso de la plantilla, aunque también el más inquieto. Según la versión de su entrenador, recriminó al árbitro su expulsión y éste le respondió "se te va a caer el pelo". Fue entonces cuando el chaval, que no necesita mucho, insultó y amenazó al colegiado, según reflejó en acta. Jose Casado teme que le caiga un severo castigo. Distinto parece el caso de Joaquín, el otro jugador desequilibrante del equipo. El valdepeñero se fue a la caseta con doble amarilla, sin más, y seguramente podrá jugar el sábado. En cuanto a las expulsiones del cuerpo técnico, tiene claro que fue un exceso, ya que fueron observaciones de lo más inocuo.

Los árbitros, víctimas de su propio comité

     Llueve sobre mojado. La decisión del Comité Nacional de Fútbol-Sala de elegir árbitros del propio pueblo, o del lugar más cercano para dirigir partidos de 3ª División es una aberración en sí misma que está provocando serios problemas. Los colegiados, a menudo muy jóvenes, se ven metidos en un atolladero por el compromiso de arbitrar a sus paisanos, a menudo amigos suyos. No lo pueden decir en público, pero sí lo dicen en privado. Al final, por muy bien que quieran hacerlo, el partido arranca viciado, se mire por donde se mire. Las polémicas se suceden por que las suspicacias son libres y la propensión a ellas aumenta cuando un equipo ya sabe que los árbitros son de casa. La inexperiencia de muchos de esos árbitros hace el resto. Basta con hablar con cualquier árbitro para saber cómo piensan y qué opinan de las encerronas que les hacen su propio comité, aunque, insisto, de puertas para afuera callen por razones obvias.

     Mucho nos tememos que esta práctica multiplicará las situaciones polémicas en muchos partidos, y ojalá no tengamos que lamentar algún problema realmente serio. Todo a cuenta de la crisis, una excusa perfecta para que la Federación de turno se ahorre alguna dieta que otra. Doctores tiene la Iglesia.

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